El Tesla Model 3 es uno de los coches eléctricos de referencia por su eficiencia energética, por su avanzada tecnología en materia de baterías, de conectividad y también por las capacidades de su Autopilot -que van siendo más numerosas y avanzadas conforme pasa el tiempo-. Sin embargo, en otros aspectos como los acabados de la pintura o el ajuste de los paneles no ha destacado de manera tan positiva, sino al contrario, y ha sido criticado por ello. Cabría esperar que Tesla hubiera solucionado el problema con su nuevo Tesla Model Y, pero los primeros clientes del crossover eléctrico están poniendo en evidencia que la compañía estadounidense sigue cometiendo los mismos errores.
Ya han sido unos cuantos los clientes que han mostrado su malestar en YouTube debido a diferentes defectos en los acabados del Model Y, no sólo en la pintura sino también en el habitáculo; encontrando holguras irregulares entre paneles de la carrocería; o tolerancias que son poco habituales incluso en coches de menor precio (y, a priori, con peor nivel de acabados).
El último en hablar del asunto ha sido Ryan Shaw, propietario de un Model Y cuya carrocería de color rojo hace un precioso y deportivo conjunto con las llantas negras del coche. Tras llevarlo a un servicio técnico de Tesla a los pocos días de recibir el coche, a causa de varios defectos encontrados en la carrocería, Shaw decidió llevarlo después a un centro de detallado para aplicar una protección a la pintura del coche.
Si algo destaca en un buen centro de acabado (o 'detailing') que se precie es el cuidado por su trabajo, el esmero por dejar todo relucientemente limpio y por buscar la perfección para que la pintura luzca mejor que cuando era nueva. Algo que, al parecer, no fue demasiado difícil en el Model Y. Y es que, incluso después de haberlo supuestamente reparado, el coche seguía presentando numerosos defectos. No por un problema de calidad de la pintura, que al parecer es bastante buena, sino de su aplicación.
El coche presenta algunos pequeños desconchados en partes relativamente escondidas, y cuando en el taller de acabado lo ponen bajo la luz saltan a la vista numerosos micro arañazos por toda la carrocería (a pesar de ser un coche nuevo). Por suerte para el propietario, se pueden eliminar con un pulido adecuado.
Otro aspecto no tan a la vista pero igualmente llamativo tiene que ver con las irregularidades en la cantidad de pintura aplicada: algunas partes de la carrocería tienen un grosor de pintura hasta 3 veces mayor que otras.
Estos defectos ponen de manifiesto también un problema en el control de calidad, ya sea por insuficientes o por ser demasiado laxos, que todos los fabricantes llevan a cabo al final de la línea de producción.
Tesla tiene por delante el objetivo de aumentar su producción por encima de las 500.000 unidades en la fábrica de Fremont (Estados Unidos) con la llegada del Model Y, pero mientras promete tener el «taller de pintura más avanzado del mundo» en su fábrica de Berlín, no parece trabajar para solucionar los errores por los que ha recibido críticas en el pasado.