Parece que Tesla vive su particular día de la marmota con el Tesla Cybertruck. La esperada pick-up eléctrica debería llevar años en el mercado, pero la verdad es que todavía ninguna unidad ha puesto sus ruedas en los concesionarios. Su fecha original de comercialización se fijó para el 2021, pero todavía estamos esperando que se produzca semejante acontecimiento. Todo parecía indicar que este 2023 iba a suceder, pero los problemas no hacen más que surgir durante la etapa de desarrollo. La nueva complicación se produce en el seno de las baterías. Los ingenieros se están enfrentando a un problema muy difícil y para resolverlo han pedido ayuda a sus socios asiáticos.
Si hablamos de baterías para coches eléctricos nada mejor que poner la atención en China, Corea del Sur y Japón. Los tres países asiáticos forman la casi totalidad de la industria. En 2019, cuando Elon Musk presentó al mundo la Cybertruck, anunció una serie de prestaciones que hoy deben cumplirse por el bien de la imagen de la compañía. La propuesta inicial advertía autonomías de hasta 800 kilómetros, un dato impresionante que depende del buen hacer de un elemento fundamental: las baterías 4680.
Desde el principio, las baterías de gran formato de Tesla han supuesto un quebradero de cabeza. La esperada revolución que anunciaban no ha sido así y aunque hoy algunos de sus modelos las emplean, siguen siendo una fuente de retrasos en el proyecto Cybertruck. La pick-up depende más que ningún otro modelo de ellas y las especificaciones iniciales siguen sin aparecer en el horizonte. Con un concepto de batería estructural, los ingenieros de Tesla consiguieron crear un proceso exclusivo de recubrimiento en seco del cátodo que no ha podido ser replicado en el ánodo. Ese problema supone una pérdida de rendimiento de la batería y algo que no se puede permitir el turismo más grande de los de Austin.
Tal y como recoge Reuters, la compañía de Elon Musk ha recurrido a sus socios asiáticos para intentar encontrar una solución al problema. Y la necesitan rápidamente. Según personas familiarizadas con el proyecto, Tesla ha recurrido a los expertos de Ningbo Ebay New Energy y Suzhou Dongshan Precision Manufacturing. Dichas fuentes aseguran que los americanos habrían firmado otro acuerdo con L&F Co de Corea del Sur para el suministro de cátodos de alto contenido en níquel. Finalmente, con el objetivo de dinamizar la producción de celdas, Tesla se habría asegurado un incremento en la producción con sus socios de LG y Panasonic.
Tal y como reconoce el ya mencionado medio, los ingenieros de Tesla podrían haber tanteado otras opciones para agilizar el lanzamiento de la pick-up eléctrica. La primera alternativa era el empleo de las comunes celdas 2170 que disfrutan muchos otros coches de la familia. La segunda opción se centraba en una química más sencilla para las celdas 4680 con una alta concentración de fosfatos de hierro y litio. Por último, la tercera vía, la que finalmente se ha seguido,,, contemplaba esperar hasta que las pilas cumplan con los requisitos del proyecto.
El problema no reside únicamente en el retraso del Tesla Cybertruck. La compañía basa toda su estrategia de futuro en las celdas 4680 y resulta esencial encontrar el remedio al problema así como una reducción en el coste de la producción. El cuello de botella originado lastra en cierto modo la implantación de la estrategia. Si los texanos son capaces de resolver la ecuación ayudarían al sueño de Elon Musk de construir 20 millones de coches al año a partir de 2030.