Los 30.000 millones de dólares que Ford había comprometido ya hasta 2025 para el desarrollo de vehículos eléctricos no serán suficientes para que la marca del óvalo se convierta en el primer fabricante de coches eléctricos. En la hoja de ruta de esta transformación también hay que contar con las inversiones necesarias para transformar las fábricas actuales situadas en todo el mundo para que sean capaces de ensamblar coches eléctricos. Esta necesidad requerirá un esfuerzo extra de otros 20.000 millones de dólares en los próximos cinco a diez años.
Así lo ha anunciado el director ejecutivo de la empresa, Jim Farley, que cuenta con Doug Field, el ex jefe del proyecto Titan de Apple, ex ejecutivo de Tesla, donde dirigió el diseño del Model 3, y que ahora está liderando esta transformación de Ford a la electrificación. Los inversores han premiado esta iniciativa elevando en enero el valor del mercado de la empresa por encima de os 10.000 millones de dólares.
Como parte de esta reorganización, la compañía evaluó escindir una pequeña porción de su negocio de vehículos eléctricos para capturar parte del inmenso valor que los inversionistas están dando a las nuevas empresas eléctricas. El movimiento involucraría modelos de menor volumen, lo que permitiría a la compañía centrar sus esfuerzos en los vehículos eléctricos del mercado masivo.
La familia Ford, que controla el fabricante de automóviles a través de una clase especial de acciones con derecho a "súper voto", tendría que estar convencida de que vale la pena esta escisión. La información procede de fuentes internas, según publica Autoblog, por lo que es todavía extraoficial . "Estamos ejecutando nuestro plan Ford Plus para transformar la empresa y prosperar en esta nueva era de vehículos eléctricos y conectados por lo que no haremos comentarios sobre especulaciones", asegura Mark Truby, director de comunicaciones de la compañía.
Doug Field y la inspiración Tesla
Desde que hace 16 meses Farley fuese nombrado CEO de la compañía, los planes de electrificación de Ford se han acelerado. Ha triplicado la producción del primero de sus coches eléctricos, el Ford Mustang Mach-E, y ha duplicado la producción de la pick-up eléctrica F-150 Lightning que tiene prevista su llegada al mercado en la próxima primavera. La compañía también ha invertido 11.400 millones de dólares en la empresa coreana SK Innovation con la que construirá tres fábricas de baterías y una planta de camiones eléctricos en Tennessee y Kentucky. Ford quiere alcanzar una cifra de producción de 600.000 vehículos eléctricos al año en 2024 y que a finales de la década la mitad de sus ventas globales procedan de estos modelos.
Jim Farley, CEO de Ford, cuenta con Doug Field para seguir el plan de ruta de Tesla y convertirse en el primer fabricante de coches eléctricos del mundo.
Farley, asegura que aprendió mucho al ver a Musk transformar una empresa en apuros en el líder global de vehículos eléctricos, con una alta rentabilidad y muy bien valorada por los inversores. Doug Field aterrizó en Ford como la mano derecha de Farley para hacer de ella una empresa más ágil, como lo es Tesla, ajustando su estructura operativa a la fabricación
A medida que Ford desarrolla su propia capacidad de fabricación de vehículos eléctricos, Farley y Field emulan las prácticas de Tesla acelerando el cambio de su fuerza laboral, habitualmente dirigida por ingenieros mecánicos, a una compuesta cada vez más por ingenieros de software. El nuevo plan también prevé un organigrama reelaborado que incluye la contratación de un número no especificado de ingenieros especializados en disciplinas relativamente nuevas para la empresa, como la química de las baterías, la inteligencia artificial y el software para vehículos eléctricos.
A diferencia de Tesla, Ford también debe gestionar el lento declive de los vehículos propulsados por motores de combustión interna, que ahora generan todos beneficios que han de financiar su electrificación. Farley considera que todavía serán una parte central de la empresa durante muchos años y tiene la intención de invertir lo suficiente para mantener su competitividad frente a sus rivales. Una forma de hacerlo es impulsar los servicios que Ford vende a los propietarios, un negocio que podría generar ingresos por 20.000 millones de dólares al año.
En última instancia, Farley quiere cada vez más clientes de Ford conduzcan vehículos eléctricos, y ese es el futuro para el que él y Field se están preparando. Aunque Ford espera superar a Tesla, ahora está tratando de consolidar su posición como el segundo vendedor de vehículos eléctricos de Estados Unidos.