Que el Tesla Roadster puede convertirse en una máquina auténticamente de infarto es algo que seguramente acabe cumpliendo, si llega al mercado cumpliendo con lo que ha prometido (un 0 a 100 km/h en 2 segundos, entre otras cosas). Pero Elon Musk está empeñado en que el nuevo Roadster de Tesla sorprenda en todos los sentidos, y ha asegurado el superdeportivo eléctrico equipará propulsores a chorro (como si fuese un cohete) e irán escondidos tras la matrícula, como si de un arma del Agente 007 se tratase.
Así lo ha confirmado en Twitter, donde Musk respondía a un tweet que iba dirigido con cierta ironía y sentido del humor. La respuesta del empresario estadounidense, sin embargo, parecía ir muy en serio: el nuevo Tesla Roadster tendrá la posibilidad de equipar un 'paquete SpaceX', el nombre la compañía aeroespacial también perteneciente a Musk, y a pesar de su nombre será un equipamiento discreto. El paquete SpaceX consistirá en unos propulsores de aire frío en la parte posterior cuyo objetivo no será otro que mejorar las prestaciones del coche. Dicho de otra manera: motores similares a los de un cohete (salvando las enormes distancias) para acelerar más rápido.
Esto ayudará a realizar el 0-60 mph (0-96 km/h) en los 1,9 segundos que prometió Musk cuando presentó al público el nuevo Tesla Roadster, asegurando que tales propulsores "mejorarán drásticamente la aceleración, la velocidad máxima, el frenado y las curvas". Unas prestaciones de infarto que vendrían acompañadas de una autonomía de 1000 kilómetros.
El lanzamiento al mercado del Tesla Roadster estaba previsto inicialmente para 2020, aunque en los últimos eventos de la marca el superdeportivo ha desaparecido de la hoja de ruta de la compañía para los próximos años. Tesla lleva aceptando reservas para su compra prácticamente desde el momento que lo presentó en 2017. Costará en Estados Unidos unos 200.000 dólares -el depósito para reservarlo es de 50.000 dólares-, y habrá una edición de lanzamiento llamada Founders Series cuyo precio asciende a 250.000 dólares.
SpaceX, la compañía que da nombre a este equipamiento tan peculiar, es la empresa de transporte aeroespacial propiedad de Elon Musk. Nacida con el objetivo de reducir el coste de viajar al espacio, ya ha conseguido objetivos de gran relevancia como ser la primera empresa privada que lanza, pone en órbita y recupera una nave espacial; la primera empresa en enviar una nave espacial a la Estación Espacial Internacional: o llevar a cabo por primera vez en la historia un lanzamiento y aterrizaje de un cohete usado.