El paquete de conducción autónoma de Tesla (FSD) es uno de los opcionales más vendidos de la compañía. Su funcionalidad ha quedado demostrada, y muchos compradores deciden incorporarlo a pesar de que su precio sea cada vez más alto. Dentro de poco, el próximo día 17, el precio volverá a subir, alcanzando esta vez un coste de 12.000 dólares. Esa subida de precio coincidirá con el despliegue de una nueva actualización, la más avanzada hasta la fecha.
Hace ya tiempo que se rumoreaba sobre esta posibilidad. A finales del pasado mes de noviembre, Tesla empezó a desplegar una versión Beta de su nuevo programa de conducción autónoma. La famosa actualización 10.5 empezó a estar disponible en Estados Unidos para una pequeña colección de conductores, aquellos que habían demostrado tener los índices de seguridad más altos. Poco después se extendería al resto de conductores.
Ese momento ya ha llegado. La próxima semana Tesla lanzará la versión definitiva de su actualización 10.5. El nuevo paquete de conducción autónoma mejorará las capacidades de las versiones anteriores. Los nuevos parámetros mejoran la respuesta y reducen los errores. También se espera que contenga funcionalidades no vistas hasta el momento, más alguna que otra chuchería típica de la casa. Todo ello ha obligado a Tesla a subir el precio de venta del paquete. Ahora solo falta ver si merece la pena pagarlo.
Tesla FSD price rising to $12k on Jan 17
— Elon Musk (@elonmusk) January 7, 2022
Una vez más ha sido el propio Elon Musk el que ha confirmado la subida de precio a través de su red social favorita; Twitter. En un comunicado extremadamente corto, el CEO de la compañía anuncia que el próximo día 17 de enero el precio del paquete subirá hasta los 12.000 dólares. Se trata de un incremento de 2.000 dólares con respecto al precio actual. Un 20% más que seguro que no contentará a todos los posibles compradores, aunque por el momento solo se aplicará en Estados Unidos.
Y es que repetidamente Tesla ha ido jugando con la misma estrategia de crecimiento de precios. De hecho, es algo repetido en las últimas actualizaciones de software, algo por lo que la compañía ha sido criticada duramente. Más que nada, y a pesar de las mejoras en su funcionamiento, seguimos hablando de una asistencia a la conducción de nivel dos, no pudiendo ser considerado como un sistema de conducción autónomo. Por mucho que Tesla se empeñe en seguir vendiéndolo así.
Por el momento la responsabilidad sigue recayendo en el conductor y no en el sistema en sí. La próxima semana veremos qué nuevas funcionalidades presenta la actualización 10.5, y veremos si Tesla no tiene que dar marcha atrás con alguna de ellas, tal y como le ha sucedido recientemente con la función Passenger Play, teniendo que desactivarla durante la conducción tras una investigación de seguridad de la NHTSA.