En las últimas semanas hemos tenido noticia de los problemas que está teniendo Mercedes-Benz con la fabricación de su primer coche eléctrico, el EQC. La propia compañía admitió que la fábrica estaba «todavía en modo arranque, con algunos problemas que resolver», y no tardaron en llegar los rumores que apuntaban que Mercedes no llegaría a los objetivos que había anunciado (fabricar 50.000 unidades del EQC este año).
No obstante, desde Mercedes se apresuraron para negar retrasos en la producción y comunicar que, pese a los problemas que estaban surgiendo, llegarían a los objetivos marcados, dando abasto a sus muchos clientes (recordemos que el Mercedes EQC se convirtió en el modelo con más demanda en la historia de la marca). Pero, ¿qué problemas son esos? ¿Quién tiene la culpa?
Por un lado, la revista Manager Magazin aseguró que Mercedes se había visto obligada a reducir su volumen de fabricación desde las 50.000 unidades hasta las 30.000 debido a problemas de suministro por parte de LG Chem. Aunque un portavoz de Daimler desmintió esa información, no podemos obviar el hecho de que Audi se ha visto obligada a reducir la producción del e-tron precisamente por la misma razón.
¿De quién es la culpa entonces? Pues por extraño que pueda parecer, de Tesla. O al menos buena parte de culpa de los problemas del EQC la tiene Tesla, y no es porque sus coches sean un duro rival (que también). El jefe del comité de empresa de Daimler, Michael Brecht, ha reconocido que una de las razones por las que Mercedes ha tenido que modificar su estrategia ha sido la adquisición por parte de Tesla de Grohmann Engineering.
Ese movimiento estratégico por parte de Tesla no es reciente, pues ocurrió en 2017. En aquel año Tesla compró la citada compañía, una empresa alemana especialista en robótica y procesos de fabricación automatizados. Al parecer, Grohmann Engineering ayudaba a Mercedes-Benz a fabricar los módulos de las baterías del EQC y ensamblar todo el paquete de baterías a través de Deutsche Accumotive (una subsidiaria de Mercedes).
Sin embargo, pocos meses después de su adquisición, Tesla comenzó a quitarse clientes de encima para centrarse en el negocio propio. Una de las consecuencias fue el anuncio de una producción más automatizada en el Model 3. Y ahora, con la Gigafactoría 4 de Berlín a la vista, Tesla parece decidida a que Grohmann Engineering se dedique única y exclusivamente a los coches de Tesla.