La apertura de los Supercargadores Tesla al resto de fabricantes está generando opiniones encontradas. De un lado, quienes se alegran de poder acceder a la que quizá es la red de carga rápida que mejor funciona en el mundo. De otro, los propietarios de un Tesla que ven esta decisión un peligro para sus intereses: más gente utilizando estos cargadores podría significar mayores tiempos de espera e incluso colas de espera (algo quizá no tan probable en España, de momento). En cualquier caso, Tesla tiene buenas razones para abrir los Supercargadores a otras marcas.
Podría decirse que hay 7.500 millones de razones. Nos referimos con esto a los 7.500 millones de dólares que el gobierno federal estadounidense destinará para expandir la infraestructura de cargadores para coches eléctricos en todo el país, una medida que forma parte de un proyecto de ley que contempla 1 billón de dólares (billones en castellano) para impulsar la implantación de los vehículos eléctricos incentivando directamente su compra, financiando proyectos industriales e invirtiendo en expandir la infraestructura de carga.
Este proyecto de ley es quizá la razón principal para que Tesla haya decidido dar acceso a su red de cargadores rápidos a los coches eléctricos de otros fabricantes. Según el texto del proyecto de ley publicado por el Senado el 3 de agosto, una entidad privada debe cumplir varios requisitos para poder optar a los fondos públicos:
«(1) ESTÁNDARES. La infraestructura de recarga de vehículos eléctricos instalada con los fondos proporcionados en virtud de este título deberá proporcionar, como mínimo
(A) conectores de carga no patentados que cumplan las normas de seguridad aplicables del sector
y
(B) acceso abierto a métodos de pago que estén disponibles para todos los miembros del público para garantizar un acceso seguro, conveniente y equitativo a la infraestructura de carga de vehículos eléctricos que no estará limitado por la pertenencia a un proveedor de pago en particular.»
Es decir, las compañías privadas que quieran beneficiarse de las subvenciones del gobierno federal deberán dar servicio a los vehículos producidos por más de un fabricante. De esta manera, la adopción de los vehículos eléctricos en el país puede ser más rápida (y más atractiva para potenciales clientes). Así las cosas, en el momento en que Tesla abra los Supercargadores al resto de coches eléctricos podrá solicitar una parte de esos 7.500 millones de dólares (unos 6.400 millones de euros) que destinará el gobierno estadounidense a tal efecto.
Hasta la fecha, los Supercargadores de Tesla sólo pueden usarlo coches de la marca Tesla.
Tesla ya ha confirmado oficialmente que empezará a abrir su red de Supercargadores a finales de este año. Elon Musk explicó que no se hará en todos los mercados de manera simultánea sino de manera gradual. Estados Unidos será el primer país donde se llevará a cabo esta medida, a finales de este año. Unas semanas antes salió a la luz la noticia de que Tesla se había comprometido en Noruega a abrir los Supercargadores al resto de fabricantes de coches eléctricos, y se marcó septiembre de 2022 como plazo. Las razones eran similares: dar acceso público a todos los usuarios de coches eléctricos es condición indispensable para obtener incentivos del gobierno de Noruega.
Aunque, como decíamos al principio, esta medida no ha sido del agrado de muchos propietarios de coches Tesla, al parecer estos seguirán recibiendo un trato preferente en comparación con quienes tengan un eléctrico de otro fabricante, que podrían tener limitaciones en cuanto a potencia máxima de carga y tiempo de uso.