El pasado viernes día 13 de enero, el Salón del Automóvil de Tokio abrió sus puertas. La mayor feria de coches de Asia celebra una vuelta a la normalidad marcada por numerosas presentaciones, principalmente centradas en los mercados chino y asiático. Dentro de un claro ambiente de electrificación, Toyota ha abierto su stand con dos presentaciones que han cogido por sorpresa a todo el mundo. Un Trueno y un Corolla Levin con tecnologías que permitirán a Toyota explorar una nueva vía electrificada: la de los clásicos.
Está claro que el mayor fabricante del mundo no ha arrancado su etapa eléctrica de la mejor manera posible. Atacada desde varios frentes, la cúpula directiva está trabajando en un reenfoque de la estrategia. Muchos expertos han comentado el significativo retraso de Toyota en cuestiones eléctricas. Su flota va muy atrasada con respecto a la de su más inmediata competencia y la introducción del Toyota bZ4X en los mercados se ha visto truncada por diversos problemas de fiabilidad y poca autonomía.
La decisión que tiene que tomar Toyota de forma inminente no es nada sencilla: seguir apostando por los híbridos o dar el cambio directo a la electrificación. Los japoneses tienen la intención de lanzar 30 modelos 100% eléctricos antes de que se acabe la década actual y hacer de Lexus una marca con coches impulsados exclusivamente por baterías. Miran al futuro con optimismo, pero no por ello se olvidan de esos modelos clásicos que han hecho de Toyota lo que es hoy. Esos modelos antiguos también pueden ser remozados para adaptarse a sistemas mecánicos más sostenibles y avanzados.
El presidente de la corporación Toyota, Akio Toyoda, ha comentado en el Salón de Tokio que explorar la conversión de los coches clásicos es una buena forma de lograr el objetivo de cero emisiones para 2050. El mercado japonés es muy extremo en esa posición. Solo 1 de cada 20 coches que circulan es nuevo. Convertir esa gran flota en eléctrica o de hidrógeno es una excelente alternativa para que puedan seguir en circulación. Las opciones ya están sobre la mesa.
Con modelos de la generación AE86, Toyota presenta dos sistemas de conversión para coches clásicos. El Trueno ha mantenido el motor de gasolina con el que salió de fábrica, pero ha sido totalmente reconvertido para que sea capaz de usarse con hidrógeno. El maletero queda completamente cubierto por dos bombonas de hidrógeno que le permiten poder seguir disfrutando de todas las características típicas del Sprinter Trueno sin dejar de lado la baja contaminación.
Con respecto al Toyota Corola Levin, estamos hablando de un coche compuesto a base de otros. Con la idea de reutilizar componentes ya existentes, Toyota ha empleado el motor eléctrico de la pick-up Tundra híbrida y el paquete de baterías del último Toyota Prius PHEV. Sin embargo, he aquí algo sorprendente, mantiene la caja de cambios manual clásica. Una conversión que ha buscado mantener el ratio peso-potencia del modelo original con la misma experiencia de conducción ágil y divertida.