Nadie ha dicho nunca que los principios sean fáciles, pero hay ocasiones en las que las cosas se tuercen más de lo debido. Tras recibir críticas desde los cuatro puntos cardinales, Toyota se ha visto medio forzada a aplicar una estrategia eléctrica que siempre había evitado. Los japoneses habían defendido que sus híbridos son una solución real a un problema real y que no haría coches eléctricos hasta que estos fuesen realmente viables para todo el mundo. Sin embargo, en un intento de acelerar los procesos, la gama bZ (Beyond Zero) se lanzó al mercado con el Toyota bZ4X como primera unidad. Y las cosas no están yendo como se esperaban.
Presentado en octubre de 2021, el primer SUV eléctrico de Toyota llegaba para cambiar el panorama. Con una estrategia de 30 lanzamientos eléctricos antes de final de la década, Toyota quería dar un puñetazo sobre la mesa y descubrir su enorme potencial. Todo dependía de la buena acogida del bZ4X, pero nada más arrancar su etapa comercial las cosas se torcieron. Un defecto de diseño obligó a realizar la primera llamada a revisión. Uno de los pernos de las ruedas se podía salir y suponer un grave riesgo para la seguridad. A pesar de lo aparentemente sencilla que era la reparación, Toyota tardó mucho tiempo en corregir el problema y durante meses los rumores empezaron a extenderse por todo el mundo.
Tras el relanzamiento, las ventas fueron cayendo poco a poco. Toyota no parecía preocupada por ello. Ellos mismos reconocían que no esperaban que el bZ4X fuese un éxito mundial y que prestaban atención a otros detalles.
Si tenemos en cuenta los registros de ventas de sus rivales, el año 2022 del bZ4X fue un auténtico desastre. En 2023 había que hacer borrón y cuenta nueva, pero la llegada del frío sumió una vez más en problemas al SUV eléctrico. Diferentes pruebas realizadas en climas extremos demostraron que la autonomía del eléctrico japonés sucumbía rápidamente cuando los grados del termómetro caen. Toyota anunció la apertura de una investigación de la que no sabemos nada hasta la fecha. A eso hay que sumar las críticas recibidas por expertos como Sandy Munro. Si bien el probador americano reconoce algunas cualidades del japonés, también advierte de algunos defectos importantes que deben corregirse.
A pesar de ello, los mercados se fueron animando discretamente y los japoneses anunciaron un incremento en el ritmo de producción, aunque sin muchas prisas. Se espera que en 2025, el bZ4X consiga una producción mensual de hasta 12.000 unidades en todo el mundo.
La respuesta de Toyota con el 'nuevo' bZ4X
Ahora, tal y como anuncia Drive en su página web, Toyota parece haber hecho caso a las críticas y actualizará pronto el bZ4X. Tras cubrir sólo el 65% de su autonomía homologada, está claro que los japoneses tienen un problema con la eficiencia en un uso real. Toyota mejorará su primer eléctrico global y lo hará mediante un nuevo software que comenzará a expandirse de forma remota este mismo verano. La intención es mejorar la autonomía y la efectividad de la carga sin tener que tocar la batería o el conjunto mecánico.
El nuevo software deberá corregir un problema que ha sido detectado por numerosos usuarios. Toyota, al igual que el resto de fabricantes, aplica un cierto margen de seguridad en el indicador de la batería. Cuando el ordenador del bZ4X anuncia que no tiene carga, en realidad todavía le resta un 8% de batería, eso es el doble de lo que los fabricantes suelen aplicar. Es más que probable que los ingenieros modifiquen el código para reducir el margen de seguridad, además de actualizar y mejorar otras funciones que consumen excesivos recursos energéticos.