Toyota ocupa un papel desatacado en la industria mundial del automóvil. Fundada en 1937 en Japón, es, por ingresos y por número de vehículos vendidos, el primer fabricante del mundo, honor que comparte e intercambia frecuentemente con Volkswagen. Bajo su control están marcas como Lexus, Dahiatsu o Hino, siendo la firma principal la más importante de todas y la que cuenta con más modelos icónicos que llevan años a la venta. Es reconocida en el mundo como una marca innovadora, sobre todo con su tecnología híbrida.
Estos antecedentes hacen que las decisiones que tome el fabricante japonés de aquí en adelante puedan marcar la pauta en el sector de la automoción. Bajo el anterior director ejecutivo, Akio Toyoda, se ha rezagado significativamente en la comercialización de modelos 100% eléctricos. Ha tardado un tiempo excesivo en poner en el mercado su primer coche eléctrico, el bZ4X, que, además, ha sufrido varios problemas durante su etapa de lanzamiento. Si bien esos inconvenientes ya se han solucionado, sus datos de ventas de vehículos eléctricos son muy bajos en comparación con otros grandes fabricantes.
Su política anterior, basada en mantener la tecnología híbrida como la mejor solución, posicionándose incluso contra los coches eléctricos ha quedado atrás con la salida de Toyoda. El dirigente reconoció sus errores y su incapacidad para acometer el cambio que la compañía requiere en esta nueva era. “Para impulsar el cambio en Toyota, he llegado a la decisión de que lo mejor para mí es ceder el paso a un nuevo presidente”, afirmó cuando presentaba a su sucesor, Koji Sato, el anterior líder de Lexus, donde ha seguido una política más firme con la electrificación.
Sato, que ha comenzado su mandato en Toyota el pasado 1 de abril, llega para convertir a Toyota en una empresa de movilidad, liderando el cambio hacia la electrificación de su flota. Eso sí, nada de esto será inmediato. En estos meses previos, el nuevo dirigente ya ha planteado sus dudas sobre la estrategia previa de electrificación de la Toyota. Ha hablado sobre la necesidad de replantear algunos de sus puntos fundamentales, como las plataformas que la sustentarán, y también sobre su intención de mantener la diversificación de tecnologías.
Carta abierta a Toyota
Coincidiendo con el comienzo del mandato de Sato, 54 grupos ambientales y asociaciones de consumidores, que representan a millones de simpatizantes de la compañía en 26 países, se han unido para pedir que el nuevo CEO “se comprometa a eliminar gradualmente todos los vehículos con motor de combustión interna en los EE.UU. y Europa para 2030, y a nivel global en 2035”. Los grupos también exigen que Toyota ponga fin a su “cabildeo contra el clima” de inmediato.
La iniciativa la encabeza Public Citizen, un grupo de defensa del consumidor sin ánimo de lucro con sede en EE.UU. Otros participantes notables son las ramas japoneses de Greenpeace y Rainforest Action Network, el Centro para la Diversidad Biológica, la Asociación de Vehículos Eléctricos, GreenLatinos, Coltura, EarthJustice y Sierra Club. En la carta se enumeran el resto de grupos involucrados ubicados en todo el mundo.
El escrito no elude la realidad; además de pedir a Toyota varios compromisos, señala las "décadas de daño y engaño causados por Toyota" con respecto a la adopción de vehículos eléctricos. La carta menciona las investigaciones que afirman que los combustibles fósiles son responsables de millones de muertes anuales, una de cada cinco en todo el mundo. Los vehículos particulares son uno de los principales contribuyentes a esta contaminación dañina para la salud humana.
Toyota tiene un plan para electrificar su flota. La compañía afirma que venderá 3,5 millones de coches eléctricos en 2030. Sin embargo, esta cifra es solo un tercio de sus ventas anuales actuales. La carta finaliza reconociendo las acciones del CEO entrante para llevar a Lexus a su electrificación, recordando las recientes promesas del nuevo líder y solicitando varios compromisos específicos:
- Eliminar gradualmente los vehículos con motor de combustión interna (incluidos los híbridos y los híbridos enchufables) en Europa y EE.UU. para 2030 y en todo el mundo para 2035.
- Alinear su promoción y cabildeo con el objetivo de eliminar gradualmente los motores de combustión interna y convertirse en una voz a favor de la energía renovable en toda la economía.
- Exigir el uso de energía 100% renovable en todas sus cadenas de suministro a nivel mundial para 2035.
- Firmar un compromiso de suministro de acero primario con proveedores libres de combustibles fósiles para 2025 y que será el único que emplee para 2050.
- Exigir un abastecimiento responsable para los minerales de su batería y diseñar estas para que sean fácilmente reutilizables y reciclables.
- Establecer un compromiso claro con el derecho de los Pueblos Indígenas al Consentimiento Libre, Previo e Informado, que debe extenderse a sus proveedores.