Por lo radical de su cambio y lo deportivo de su apariencia en comparación con la última generación, la renovación del Toyota Prius ha sido una de las noticias más contundentes en el espacio de los coches eléctricos e híbrido de estos últimos años. El que fuera el modelo que inició el cambio de tendencia que ahora empieza a instaurarse en el mercado europeo, por contra, no llegará a los concesarionarios españoles, principalmente a causa de la actuación comercial del modelo anterior, que pasó completamente desapercibido en términos de ventas.
Por este y otros muchos motivos, las pocas unidades que hay a la venta en el mercado de ocasión de la generación anterior representan una compra muy sensata teniendo en cuenta que se trata de un modelo cuya base técnica es la misma que la de la nueva generación, aunque obviamente el nuevo modelo es mucho más eficiente y además también es dinámicamente más divertido.
Dado que la pasada generación del modelo apenas tuvo poco éxito, lo cierto es que las unidades existentes en el mercado de segunda mano son pocas. Aun así, puesto que la demanda tras esta generación apenas es testimonial, no será difícil hacerse con la unidad en la que pongamos nuestro interés.
En el aspecto práctico el Prius no es un modelo que destaque especialmente, pero cumplirá como cualquier otra berlina de su tamaño. Esta generación tenía una longitud de 4,65 metros y ofrecía un maletero de 354 litros, que no es de gran tamaño pero sí suficiente para el día a día de cualquier persona o incluso de una familiar de cuatro miembros sin hijos de corta edad (es similar en volumen a un coche de tamaño compacto).
Estando disponible nuevo desde un precio de casi 34.000 euros, ahora es posible acceder a un Toyota Prius 125 PH por unos 28.000 euros. Las pocas unidades que se pueden ver en las principales páginas de coches usados de España tienen por este precio, además, un kilometraje muy contenido, de entre 20.000 y 60.000 kilómetros.
A nivel técnico el Prius 125 PH era un coche comedido. Articulaba su esquema híbrido en torno al conocido y duradero motor de 1,8 litros de capacidad de Toyota y a una batería de 8,8 kWh de capacidad netos con la que, con una carga completa, conseguía homologar una autonomía eléctrica de 45 kilómetros. Junto al propulsor de gasolina, que rendía 98 CV por su propia cuenta, había dos motores eléctricos, los dos colocados en la parte delantera del coche y rindiendo 31 y 73 CV, respectivamente.
En total la potencia conjunta se situaba en los 122 CV y llevaban al modelo a completar el 0 a 100 kilómetros por hora en unos discretos pero suficientes 11,1 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 160 kilómetros por hora. La parte interesante de este Prius híbrido enchufable, por contra, estaba en los consumos. Ya que haciendo uso de la carga de la batería en modo híbrido podía ofrecer cifras por debajo de los 4 litros, mientras que una vez agotada podía llegar a situarse en el entorno de los 5 litros.