La falta de chips, semiconductores y algunas materias primas está marcando la hoja de ruta de las marcas en los últimos meses. Los fabricantes tienen un verdadero problema puesto que no son capaces de abarcar toda la producción. Tal es así que la reducción es de hasta un 40%, afectando a casi todas las plantas repartidas por el mundo.
La pandemia de la COVID-19 impulsó la demanda de electrodomésticos, consolas, televisiones y demás aparatos electrónicos que emplean chips y otros componentes que también podemos ver en los automóviles. La industria del automóvil ahora está carente de ellos, y muchas voces expertas avisan que la falta de suministros podría extenderse otros dos años.
Toyota es el mayor productor del mundo con plantas repartidas por los cinco continentes. Para el próximo mes de septiembre, los japoneses tenían prevista una fabricación de 900.000 unidades en todo el mundo, pero ahora las estimaciones apuntan a que serán tan solo 540.000 unidades. Aunque si bien, como ya hemos comentado, la reducción se aplicará en todo el mundo, serán las fábricas de Japón y Estados Unidos las que sufran más las consecuencias con un recorte de 360.000 unidades.
Un empleado de Toyota en la línea de producción.
Hay que tener en cuenta que Toyota es una de las empresas mejor preparadas para este tipo de problemas de suministros. Tras las devastadores consecuencias del tsunami de Fukushima hace ya una década, la marca japonesa desarrolló un plan de continuidad comercial que suponía el acopio de diversos componentes como chips.
A pesar de ello, los suministros almacenados no han sido suficientes como para cumplir con los objetivos, aunque en otras plantas como las de Reino Unido sí están cumpliendo los plazos. Paralelamente, el auge de casos de coronavirus en Asia ha precipitado la incidencia, pues no hay que olvidar que China es, a día de hoy, el mayor productor de chips a nivel mundial.
Que conste que Toyota no es la única afectada por tales inconvenientes. Se trata de un problema generalizado a todas las marcas, incluida Volkswagen. El segundo mayor productor del mundo también ha anunciado que se verá obligado a reducir la producción. Hace meses anunció de esa reducción, pero ahora es posible que la acentúen por los mismos problemas.
Obviamente estas reducciones de producción afectan a los clientes y a los trabajadores de las fábricas. Muchas empresas están recortando turnos de producción o limitando las horas de trabajo para compensar los recortes. Si bien esto no parece tener un final cercano, Toyota ha afirmado que espera compensar los volúmenes en los últimos meses del año para así cumplir con el objetivo anual de producir 9,3 millones de vehículos. Año que en Japón se cierra en marzo, por lo que todavía hay meses de margen.