La movilidad eléctrica no solo son vehículos con motores eléctricos alimentados por baterías. El hidrógeno, transformado en energía eléctrica en una pila de combustible también es una opción viable, sobre todo para algunas aplicaciones comerciales. El transporte por carretera con camiones de alto tonelaje es una de ellas, porque sustituye las pesadas baterías por depósitos de hidrógeno manteniendo las autonomías y los tiempos de repostaje del diésel.
Otra aplicación del hidrógeno que tiene mucho sentido son las flotas de taxis. Las grandes ciudades están comenzando a prohibir el uso de combustibles contaminantes en sus calles. Las emisiones locales son las más peligrosas puesto que van directamente a los pulmones de los ciudadanos. Los taxis eléctricos de hidrógeno, apoyados por estaciones de repostaje apropiadas que garanticen tiempos de espera corto y eliminen los tiempos de parada, son una solución interesante.
El proyecto de Hamburgo
Hamburgo apuesta por esta idea de movilidad sostenible apoyándose en la tecnología del Toyota Mirai. Los 25 taxis propulsados por hidrógeno ofrecerán este servicio en la ciudad hanseática. El concesionario Autohaus S+K ha sido el encargado de entregar esta flota a la compañía de taxis más grande de Hamburgo, Best Taxi.
“En una ciudad como Hamburgo, la industria del taxi es un importante impulsor de la movilidad sostenible y nos complace poder contribuir a este desarrollo”, declaró Carsten Schulz, director general de Autohaus S+K GmbH, presente en el acto de entrega junto a varios senadores alemanes y el Gerente General de Prensa y Relaciones Públicas de Toyota Deutschland, Thomas Schalberger. “Los taxis están constantemente en uso y recorren muchos kilómetros todos los días. Las pilas de combustible de hidrógeno son una solución particularmente sostenible y práctica en este sentido, que también contribuye a mejorar la calidad del aire en la ciudad”, añadió.
Un taxi ‘de lujo’
El Toyota Mirai se presentó por primera vez como un prototipo en el Salón del Automóvil de Tokio en 2013 y se lanzó al mercado japonés en diciembre de 2014, seguido de otros mercados como Estados Unidos y Europa. En su segunda generación es una berlina eléctrica grande perteneciente al segmento E. Mide 4,98 metros de largo, 1,89 metros de ancho y 1,47 metros de alto y pesa alrededor de 1.900 kilogramos. En su interior Toyota ha querido ofrecer unos acabados a base de materiales premium y un equipamiento de serie muy generoso.
Está construido sobre la plataforma modular TNGA de Toyota y, como consecuencia, ahora es de tracción trasera. Su sistema de propulsión no excesivamente potente, aunque es suficiente para propulsarlo en casi todas las situaciones y, sobre todo, en zonas urbanas. El motor eléctrico genera 134 kW (180 CV) y 300 Nm de par que le permite alcanzar una velocidad máxima de 175 km/h.
Según Toyota, la autonomía que ofrecen los 5,6 kilogramos que cubican sus tres tanques de hidrógeno es de 650 kilómetros con un consumo combinado WLTP de 0,8-0,89 kg/100 km.
El hidrógeno para sectores estratégicos
La renovación de su dirección y la llegada de Koji Sato sustituyendo a Akio Toyoda no ha supuesto un cambio en la estrategia del fabricante japonés. La apuesta multi tecnológica para una movilidad sostenible sigue siendo su baza: no renuncia a los motores híbridos que le han convertido en el mayor fabricante del mundo, tampoco rechaza los eléctricos aunque camina despacio en el desarrollo de nuevos modelos, y apuesta por el hidrógeno como una de las tecnologías paralelas para sectores estratégicos.