Turquía impone aranceles del 40% a coches chinos para proteger su industria nacional

Los aranceles a los coches chinos se acercan a Europa. Turquía, la puerta de acceso al Viejo Continente acaba de aprobar una medida que graba la importación de vehículos de China.

Las marcas asiáticas temen que las medidas lastren sus intereses en la región.
Las marcas asiáticas temen que las medidas lastren sus intereses en la región.
12/06/2024 08:30
Actualizado a 12/06/2024 18:11

China es ahora mismo el epicentro mundial de la industria automovilística internacional. En pocos años el país ha pasado de no representar absolutamente nada a figurar como el mayor mercado y el mejor desarrollador de vehículos eléctricos. Sin embargo, el auge desmedido de marcas y modelos está empezando a causar estragos. La oferta es mayor a la demanda y la supervivencia de muchos fabricantes está supeditada a la expansión al extranjero. El resto del mundo teme la llegada de los coches chinos y en cada vez más regiones se aplican medidas para minimizar su impacto.

Europa se ha convertido en el principal campo de aterrizaje de esas marcas chinas que cruzan fronteras. La normativa europea incentiva la llegada de coches eléctricos, pero las marcas continentales no han dado con la tecla para producir coches baratos y factibles para los conductores, cosa que los chinos sí. Financiados, al menos así apuntan desde Bruselas, por el Gobierno central dirigido por Xi Jinping, los fabricantes chinos son capaces de vender muy barato con grandes beneficios. Una política comercial que amenaza con desestabilizar a toda la industria. Ya sea en Europa, en Estados Unidos o en Turquía.

BYD
Fabricantes como BYD ya habían puestos sus ojos en Turquía y en toda la región EMEA.

Turquía pretende frenar una oleada masiva de productos chinos

Los franceses fueron los primeros en penalizar los coches producidos en oriente. La política de subvenciones francesa permite acceder a los mayores descuentos posibles siempre y cuando el vehículo eléctrico en cuestión esté producido dentro del espacio europeo y más particularmente dentro de Francia. En un paso más extremo encontramos a los americanos. El pasado mes de mayo, el Gobierno presidido por Joe Biden aprobó una ley que aplica aranceles del 102,5% a los vehículos procedentes de China, ya sean térmicos o eléctricos. Una subida impositiva que puede poner en jaque la llegada de marcas y modelos baratos. Estados Unidos se protege de una invasión asiática.

En Europa todavía no se ha tomado ninguna medida. Las elecciones europeas han retrasado la decisión final, aunque todo apunta a que el Parlamento Europeo aprobará una subida de 20 puntos en los aranceles a la importación de vehículos procedentes de China. Una subida del 10 al 30%. Muchos analistas consideran esta una medida de poco calado. Los expertos aseguran que para que las medidas hagan mella en los intereses chinos los aranceles deberían ser del 100%. Sin embargo, Europa está en una situación muy delicada ya que muchas empresas tienen muchos intereses en China y estos ya han amenazado con tomar represalias si a Bruselas se le ocurre dar un paso en falso.

Turquía se suma ahora a esta corriente de subida de impuestos. A fin de protegerse de una llegada masiva de productos chinos, el Ministerio de Comercio anunció el pasado sábado que las aduanas turcas aplicarán una tasa del 40% en materia arancelaria a todo vehículo producido en China que quiera ser vendido en el país. La tafina mínima es de 7.000 dólares por vehículo. La medida entrará en vigor el próximo 7 de julio según se ha publicado en el Boletín Oficial del país. "Se impondrá un arancel adicional a la importación de vehículos de pasajeros convencionales e híbridos de China para aumentar y proteger la proporción cada vez menor de la producción nacional", ha comentado el propio Ministro de Comercio.

Durante años, Turquía se postuló como una excelente alternativa industrial para muchos fabricantes. El mercado EMEA es grande y las fronteras del país forman parte de la Unión Europea desde 1999, aunque el país no forma parte de Europa. Por el momento, nadie en China se ha pronunciado al respecto sobre esta medida. También hay que reconocer que el mercado turco y el mercado comunitario europeo funcionan en dimensiones diferentes. A pesar de ello es evidente que corre una tendencia generalizada para pararle los pies a China. Medidas de diferente calado que podrían volverse en contra si finalmente el Gobierno de Xi Jinping toma represalias. Desde Europa han asegurado que la llegada de marcas chinas es beneficiosa para la competitividad, aunque exigen jugar en las mismas condiciones. Es decir, las marcas quieren subvenciones y ayudas de Bruselas.

Sobre la firma
foto Javier Gomara
Javier Gómara

Ingeniero de carrera y periodista de motor por placer y pasión. Redactor de Híbridos y Eléctricos desde 2021, cubriendo la actualidad del sector de los vehículos eléctricos y la movilidad sostenible.