Uber ha anunciado que eliminará los motores alimentados por combustibles fósiles de su flota de Londres a partir del año 2025. Para hacer esto posible y facilitar a sus conductores la transición hacia el vehículo eléctrico –cabe recordar que en el modelo de negocio de Uber es el conductor quien pone su propio coche a trabajar– la compañía aumentará en 15 peniques (0,17 euros) el coste por milla de los viajes en The City. El capital recaudado a través de este aumento servirá para crear un fondo de 200 millones de libras esterlinas (unos 226 millones de euros) dedicado a ayudar a los conductores socios de Uber a cambiar su vehículo por un coche eléctrico.
Este anuncio llega justo después de que Uber apelase la sentencia de un tribunal de Londres que dictaminó que la compañía debería ofrecer a sus conductores beneficios como vacaciones pagadas y horas extras remuneradas. En una rueda de prensa ofrecida el pasado martes por Dara Khosrowshahi, CEO de la compañía, el ejecutivo aseguró que el dinero recaudado "no se acumularía en beneficio de Uber", sino que iría a parar en una cuenta de ahorros individual para cada conductor.
Jamie Heywood, máximo responsable de Uber en Europa, aseguró que el conductor medio de Uber, con 40 horas de conducción por semana, "podría ahorrar 4.500 libras (unos 5.100 euros) para la compra de un coche eléctrico" en los próximos 3 años. Además añadió que cuando un conductor de Uber utilice este fondo para la compra de un vehículo eléctrico, "no estará sujeto a ninguna cláusula", por lo que "será completamente libre de trabajar para quien quiera y donde quiera". En el caso de que el conductor deje de trabajar para Uber y nunca utilice los fondos, el dinero irá a parar a otras iniciativas por el medio ambiente: "no vamos a guardarlo en nuestro banco", aseguró Khosrowshahi.
Con el fin de facilitar la compra de vehículos eléctricos, Uber también está en conversaciones con diversos fabricantes de automóviles en busca de la fórmula correcta para proveer a sus conductores de todas las facilidades necesarias para llevar a cabo esta transición a la movilidad 100% eléctrica en la capital británica. Además de esto, Uber está negociando con Chargemaster, una de las compañías de recarga más populares del Reino Unido, con el fin de conseguir un acuerdo beneficioso para su futura flota eléctrica.