Los objetivos de la Unión Europea para 2025 para que los fabricantes de automóviles reduzcan las emisiones de CO2 "deben aplicarse de manera justa para reflejar las inversiones que han realizado las empresas", ha dicho la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
La industria del automóvil está en un brete y el peligro viene por varios frentes. Por un lado, los coches chinos están aumentando seriamente la competencia, ofreciendo buen nivel de tecnología y precios más asequibles. Por otro, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea nuevos aranceles a los coches europeos. Y, por si fuera poco, la mayoría de fabricantes se enfrenta a multas millonarias por incumplir los objetivos de emisiones de la Unión Europea para este 2025.
Los fabricantes han puesto el grito en el cielo, asegurando que las multas ponen en riesgo las inversiones futuras y harían más daño aún a su competitividad. Hace poco, la patronal de fabricantes europeos (ACEA), presidida por Ola Källenius, alertaba sobre la situación de la industria europea y pedía "flexibilidad" con el Pacto Verde. Y la Unión Europea parece estar dispuesta a levantar la mano, al menos un poco.
En una conferencia de prensa ayer miércoles, 29 de enero, Ursula von der Leyen dijo que "tiene que haber equidad en el sistema porque algunos [fabricantes] ya han invertido y tienen éxito en el cumplimiento de los objetivos, pero también [juega un papel] la cantidad de flexibilidad y pragmatismo que necesitamos para resolver este complejo problema".
"Este es un problema que no solo debe analizarse en singularidad, sino que lo vemos como un paquete", agregó la política alemana. La Comisión Europea estudiará las posibles ayudas a la industria del automóvil como parte de un plan de acción para el sector que se presentará este trimestre.
La Comisión Europea está abriendo un diálogo con la industria esta semana en un intento de mantenerla competitiva durante la transición al vehículo eléctrico. "Identificaremos soluciones inmediatas para salvaguardar la capacidad de la industria para invertir, analizando posibles flexibilidades para asegurarnos de que nuestra industria siga siendo competitiva, sin reducir la ambición general de los objetivos de 2025", dijo la Comisión en un borrador actualizado de su Brújula de Competitividad.
La Brújula de Competitividad de la Comisión Europea se basa en las recomendaciones del informe de Mario Draghi para impulsar la innovación, reducir las dependencias estratégicas y liderar la transición energética y competir con las economías más grandes del mundo sin perder competitividad por el camino. En otras palabras, un llamado a la acción urgente. En un mensaje publicado en su perfil de X, Von der Leyen aseguraba que la Unión Europea "tiene que reducir la burocracia" y harán "un esfuerzo de simplificación sin precedentes" que comenzará con una propuesta el próximo mes.
Los fabricantes lo valoran como un "paso positivo"
De momento no se conocen más detalles ni el alcance de la "flexibilidad" que menciona Von der Leyen, aunque es un primer paso para liberar presión sobre los fabricantes europeos de automóviles. "El hecho de que la Comisión esté estudiando cómo puede apoyar a los fabricantes de automóviles es un paso positivo en las discusiones en curso sobre los costes desproporcionados del cumplimiento de los objetivos de CO2 para 2025", dijo ACEA.
El Grupo Volkswagen estima que incumplir los objetivos de emisiones les costará este año unos 1.500 millones de euros. Para evitar las sanciones, otros fabricantes de automóviles están pagando a Tesla y Polestar, que sólo venden coches eléctricos, para conseguir créditos o derechos de emisiones, aunque Luca de Meo considera esto un error.
El director general de Renault, Luca de Meo, ha dicho que las multas podrían alcanzar los 15.000 millones de euros en total, y que los vehículos eléctricos deben superar el 20 por ciento de la cuota de mercado para evitarlas. La cuota de mercado de los eléctricos en Europa se quedó en el 13,6 por ciento el año pasado, penalizados por las caídas de ventas en Francia y muy especialmente en Alemania, el mayor mercado europeo.