La guerra comercial entre Europa y China ya ha dado comienzo y el coche eléctrico parece centrar toda la atención. La industria automovilística china ha redefinido el mercado. La cada vez mayor presencia de marcas asiáticas en el Viejo Continente ha despertado las sospechas de Bruselas.
A principios del año pasado se puso en marcha una investigación para determinar si China estaba incumpliendo las normas de libre mercado. Los últimos detalles descubiertos podrían suponer la aplicación inmediata de aranceles a la importación que elevaría el precio de los coches. China podría tomar represalias, sumadas a las ya existentes.
Actualmente, marcas como BYD, NIO, XPeng o MG están despertando la curiosidad de cada vez más clientes. En lo que llevamos de año, las importaciones procedentes de China han crecido un 14% con respecto al año anterior. Una cifra que ha llamado la atención del Parlamento Europeo.
Las pesquisas para determinar si la industria china está recibiendo subsidios injustos por parte del Gobierno de Xi Jinping conducen a un objetivo bastante definido. Europa considera que el Ejecutivo de aque país está compitiendo deslealmente contra los intereses de las marcas extranjeras, bonificando a los productores locales para que sean capaces de ofrecer precios considerablemente más atractivos.
Las marcas europeas demandan más subsidios por parte de las autoridades
La investigación en curso no terminará hasta el próximo mes de noviembre. Se espera que las conclusiones definitivas se publiquen al cierre del presente año, pero Europa no quiere esperar tanto. Todo el mundo da por hecho que los coches procedentes de China sufrirán la aplicación de aranceles especiales. Si bien se esperaba alcanzar ese momento en 2025, las últimas pesquisas apuntan a un adelanto considerable en las fechas. En los próximos días, Europa iniciará un registro aduanero de los cargamentos de vehículos procedentes de China. Una maniobra previa al inicio de los impuestos especiales.
La Cámara de Comercio de China ha dejado patente su decepción ante la medida adoptada por el Ejecutivo europeo, asegurando que el incremento de las exportaciones se debe, exclusivamente, a la cada vez mayor demanda de vehículos eléctricos chinos entre los conductores europeos.
Por el momento, se desconoce qué medidas concretas se esperan adoptar en los puertos europeos, pero se estima que los primeros aranceles específicos provisionales podrían empezar a aplicarse en el próximo mes de julio. Esta medida supondrá un grave perjuicio no sólo para las marcas, sino también para los clientes europeos.
Si realmente llegan a aplicarse las medidas económicas, los coches subirán de precio, lo que a su vez alejará aún más la movilidad eléctrica al público general. Durante mucho tiempo, los fabricantes han estado luchando en contra de la aplicación de medidas económicas.
Algunas asociaciones, como CLEPA, aseguran que Europa se equivoca en su visión eléctrica. Debería apoyar a la industria local con fuertes subvenciones y condiciones especiales, siguiendo la misma estrategia que China ha registrado en Asia. Estados Unidos también ha tomado medidas contra la incipiente llegada de fabricantes al país, aunque en ese caso el ambiente es completamente diferente.