No es ningún secreto que el coche eléctrico todavía no es una realidad en España. Nuestro país se encuentra muy lejos de las cifras de ventas ofrecidas en otros países de la Unión Europea. El pequeño parque eléctrico crece despacio, y desde Bruselas nos dan un toque de atención por la falta de compromiso del Gobierno en el uso del coche eléctrico. No estamos cumpliendo con la agenda prometida, tal y como refleja el documento de infracción enviado al Ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
Hay que tener en cuenta que la misiva se refiere específicamente a la instauración de una legislación adecuada para la promoción de vehículos movidos por energías sostenibles en el parque de vehículos oficiales. La Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana recientemente ha dado un paso para corregir el problema, destinando cerca de 1.000 millones de euros a los ayuntamientos para la compra de vehículos limpios, principalmente eléctricos.
La Unión Europea ya ha dictaminado que, de seguir la senda actual de incumplimiento por parte del Gobierno, no descarta aplicar duras sanciones por retraso. La controvertida legislación está fechada el 11 de febrero de 2019. En ella queda fijado un plazo de dos años para que cada país adopte las medidas necesarias para el establecimiento de un mayor parque de vehículos libres de contaminación.
Ante la falta de respuesta del Ministerio y del Gobierno, Bruselas ha visto necesario notificar la infracción, alertando de posibles sanciones económicas si no se retoma la senda en los próximos meses. Caso parecido ocurrió hace unos años con la adopción de la Ley de Protección de Datos. En ese caso el incumplimiento de las fechas supuso que la Unión Europea fijara una multa de 89.000 euros por cada día de retraso.
Ni que decir tiene que la falta de vehículos eléctricos no es un problema intrínseco a las administraciones. España está a la cola de Europa en la matriculación de vehículos limpios. El parque apenas contempla un 4,4% de vehículos eléctricos o enchufables, la mitad de la media de los países del viejo continente. A pesar de que durante los últimos meses el parque crece, no conseguimos que el coche eléctrico cale entre los particulares.
Tal y como nos ha avisado la Unión Europea, tampoco cala en el parque de vehículos del Estado. En nuestro país queda mucho camino por recorrer y un gran trabajo por realizar. La agenda de la Unión Europea todavía está lejos, pero las acciones deben emprenderse ya o no alcanzaremos las cuotas exigidas. Obviamente el Gobierno debería ser el primero en dar ejemplo, aunque está claro que no lo da.
Si la venta de coches electrificados está lejos de contemplar datos positivos, otra de las asignaturas pendientes es la instalación de puntos de carga. Recientemente, un informe publicado por ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles), fija que en España hay 1,1 puntos de carga por cada 100 kilómetros de vías. Si de verdad se quiere cumplir con los objetivos de la agenda España necesitará un mínimo de 100.000 puntos en 2023 y entre 250.000 y 340.000 para el año 2030. Eso supone un 40% de crecimiento anual, ya que actualmente apenas se superan los 11.500 puntos en todo el país.