Los coches eléctricos tienen un precio superior, en términos generales, respecto a los de combustión. Este suplemento pagado al inicio suele revertirse en el medio y largo plazo al tener que desembolsar menos dinero en mantenimiento, combustible o impuestos, entre otros. La cuestión ahora es conocer si es posible plantearse una equiparación del coste de adquisición entre ambas tecnologías en el futuro. He aquí algunas de las claves por las que sí debería pensarse una mejora de la competitividad de la tecnología eléctrica desde el comienzo.
Por qué el precio de los coches eléctricos sí caerá en los próximos años
La mejora de la tecnología y el incremento de la demanda son factores que deben tenerse en cuenta a la hora de apostar por una caída del precio de los coches eléctricos. Cada vez son más los fabricantes que están desarrollando un catálogo centrado en el desarrollo de mecánicas basadas en baterías, por lo que el auténtico boom de esta propuesta se producirá en el próximo lustro. Sea como fuere, para entonces se cree que esta opción habrá desbancado en ventas a los combustibles convencionales.
El precio del propio conjunto de baterías continuará con su tendencia a la baja
Los conjuntos de baterías de los coches eléctricos están abaratándose a marchas forzadas desde hace años. El Departamento de Energía de Estados Unidos considera que en el periodo 2008 - 2022, las de litio sufrieron una caída en el coste de producción de un 89%. Goldman Sachs, por su parte, califica que para 2025 se producirá un desplome adicional de hasta el 40%. Esto se sentirá en los precios de los automóviles en los próximos años al haber muchas más marcas apostando por esta tecnología.
La homogeneidad que existe en el sector respecto a este componente hace que se trate de un producto muy competitivo, la clave ahora está en desarrollar una industria competitiva en áreas en las que tradicionalmente se situaban las fábricas de ensamblaje de vehículos. Y aquí la producción de baterías de litio se ha convertido en la nueva apuesta estratégica como centro neurálgico en la producción de un coche.
Crear una infraestructura sólida de carga de coches eléctricos
Los fabricantes están viéndose obligados a incluir paquetes de baterías con hasta 100 kWh de capacidad. En un futuro, esto no sería necesario en caso de que hubiera una red de carga para coches eléctricos eficiente. Un incremento considerable en el número de estaciones y una ampliación de la potencia de los mismos permitiría a los fabricantes reducir el tamaño de los paquetes.
Esto, al fin y al cabo, tendría un efecto considerable en el precio, ya que no es lo mismo integrar una batería de 70 kWh que una de 100 kWh. Esta disminución del bloque permitiría, de entrada, equiparar el coste de fabricación entre un vehículo de combustión interna y uno eléctrico. En la actualidad, la mayor parte de modelos que disponen de ambas versiones suelen tener una diferencia en precio de unos 3.000 a 5.000 euros. Esta reducción de celdas podría ser suficiente para lograr la paridad en coste de adquisición.
A tenor de la tendencia que viene observándose desde hace un tiempo, todo parece indicar que el número de cargadores crecerá de forma exponencial a lo largo de los próximos años. Esto no es suficiente, ya que se requerirá que las potencias de los mismos también puedan ser superiores para mejorar la experiencia de usuario de la carga.
El incremento de la demanda y la oferta hará el resto
Debe producirse una retroalimentación en el mercado de los coches eléctricos. La demanda de estos vehículos deberá crecer en los próximos años. Si esto se produce, cada vez serán más los fabricantes dispuestos a invertir en esta tecnología, produciéndose un aumento de la visibilidad de las unidades basadas en baterías y motores eléctricos.
En este proceso de crecimiento tienen lugar lo que se conocen como economías de escala. A mayor volumen de producción se consigue repartir el coste de fabricación total sobre un mayor volumen de automóviles salidos de fábrica, por lo que el coste de producción de cada unidad adicional cae. Se trata de una figura clave para que una empresa decida apostar por esta propuesta.
Este efecto viene teniendo lugar en el mercado desde hace varios años ya. Se espera que este proceso consiga multiplicar su tendencia en los próximos años ante el incremento esperado de la demanda que está por llegar.
