Además de las ventajas técnicas que aportan a los vehículos eléctricos, la baterías de litio con electrolito sólido podrían reducir la huella de carbono que este componente les añade debido a las emisiones provocadas por su fabricación. La reducción podría alcanzar hasta un 39 % en comparación con las que provienen de una batería con electrolito líquido de las que se emplean actualmente especialmente, si se utilizan materiales de origen sostenible. Estas es la conclusión fundamental que se extrae del comunicado que ha hecho público la organización Transport & Environment (T&E).
La cifra obtenida por T&E se basa en la comparación entre una de las baterías de estado sólido más prometedoras de las que actualmente se están desarrollando y una batería con la tecnología de iones de litio que se fabrica con fuentes de litio sostenibles. Según T&E los nuevos métodos de extracción de litio, como es el caso de los pozos geotérmicos, emiten mucho menos CO2 que otros sistemas de extracción más utilizados, como el litio de roca dura que se extrae en Australia y se refina en China.
En consecuencia, el grupo climático europeo ha pedido que se incluyan incentivos para reducir la huella de carbono en las nuevas regulaciones delas baterías de los vehículos eléctricos que se están ultimando en el parlamento europeo y también por parte de los estados miembros de la Unión Europea.
"Los vehículos eléctricos ya son mucho mejores para el planeta", afirma Cecilia Mattea, directora de vehículos limpios de T&E, en el comunicado. "Pero la tecnología de estado sólido supone un cambio radical puesto que su mayor densidad de energía implica que se necesitan muchos menos materiales y, por lo tanto, muchas menos emisiones para fabricarlos".
Respecto a las baterías de litio que utilizan un electrolito líquido para transportar los iones que viajan entre sus cátodos, las que emplean un material cerámico sólido pueden almacenar más energía por unidad de volumen, permiten tasas de recarga más altas y ofrecen mayores niveles de seguridad, ya que se elimina la posibilidad de incendio. Además, las baterías sólidas requieren menos cantidades de cobalto, un metal que se extrae principalmente en la República Democrática del Congo, donde no existe estabilidad política y son frecuentes las prácticas laborales inseguras, incluido el trabajo infantil.
Los estudios e investigaciones que buscan encontrar aquellos materiales que mejor pueden cumplir con las especificaciones que se requiere para un electrolito sólido y para el rendimiento de la batería son numerosos alrededor de todo el mundo. Además los fabricantes de automóviles también trabajan con sus proveedores para desarrollar estas baterías que deberían comenzar a implementarse en los vehículos eléctricos en la segunda mitad de esta década.