Resulta curioso cómo cambian las cosas. La industria del automóvil, con más de 100 años de historia, ha sido la gran artífice del mundo que conocemos hoy. Un mundo que ha eliminado los problemas de movilidad, recortando las distancias y haciendo, en general, que el planeta sea más pequeño. Sin embargo, esos mismos fabricantes son los que hoy tienen problemas para adoptar un nuevo sistema de movilidad. El coche eléctrico está suponiendo un verdadero reto para ellos y necesitan la ayuda de empresas mucho más jóvenes y, supuestamente, inexpertas. Esa es la situación a la que ha llegado Volkswagen, que acaba de recibir el visto bueno de las autoridades alemanas para asociarse con Rivian.
No es ningún secreto que al Grupo Volkswagen le está costando mucho más de lo esperado adoptar la tecnología eléctrica. Todo el mundo esperaba más del segundo mayor fabricante a escala mundial. El Grupo VAG ha permitido la movilidad de miles de millones de conductores en todo el mundo. Todas sus marcas son referencia en sus respectivos segmentos, desde SEAT a Volkswagen, pasando por Audi o Porsche. Todas ellas son o han sido líderes de sus respectivos campos, pero todas están mostrando una gran debilidad a la hora de adoptar sistemas electrificados. ¿Cuál es el problema? El software.
Los primeros resultados podremos disfrutarlos a partir de 2026
Ni los motores, ni las baterías ni las plataformas. El principal elemento que está suponiendo un verdadero quebradero de cabeza para las marcas es el software encargado de la gestión de los sistemas. Líneas de código que son el lenguaje que comunica a las diferentes partes del conjunto. Su correcto funcionamiento es absolutamente esencial a la hora de hablar de un coche eléctrico. Cuanto más eficiente sea, más autonomía tiene y mayor es su índice de satisfacción. Algo que en Tesla se toman muy en serio. Ya sea por haberlo subestimado o por no saber hacerlo, el Grupo Volkswagen siempre ha tenido problemas con el software desarrollado por la empresa CARIAD.
A tenor de las dificultades surgidas con los años, Volkswagen ha intentado por todos los medios salvar o corregir los defectos de su empresa de software, pero está siendo una labor mucho más complicada de lo esperado. La paciencia alemana se acaba y no han tenido más remedio que abrir la cartera y poner la atención en otros lugares del mundo. El Grupo Volkswagen ha firmado acuerdos importantes por todo el planeta. El primero con XPeng, que nos permitirá ver coches compartidos a partir de 2026. El segundo, con Rivian. Los americanos, a pesar de su juventud, sacan mucha ventaja tecnológica al gigante alemán. Ambas compañías empezarán a colaborar estrechamente.
A finales del mes de junio surgió la noticia. Volkswagen abrirá la cartera para gastarse, en una primera etapa, 1.000 millones de dólares para la creación de una empresa compartida con Rivian dedicada específicamente al desarrollo del software. Esa inversión podrá ascender hasta los 5.000 millones a lo largo de los próximos años. Los alemanes quieren aprovecharse de uno de los fabricantes más revolucionarios del momento. La compañía californiana dirigida por RJ Scaringe ha causado un gran revuelo con sus primeros coches, pero más están por llegar. La empresa quiere expandirse a Europa con modelos tan interesantes como el Rivian R2. Ahora, la Oficina Federal de Competencia de Alemania ha dado luz verde a la fusión. Comenzaremos a ver los primeros resultados en 2026.