Hay veces que la innovación va un paso más allá de la sensatez y la lógica. En los albores del automovilismo se presentaron muchas opciones diferentes para el guiado de los primeros vehículos, pero rápidamente un formato destacó por encima de todos. El volante redondo no es una simple cuestión de tradición, sino de practicidad y también seguridad. Los coches de competición usan medio volante porque ellos no tienen que vivir en el día a día. A pesar de ello, Tesla se propuso revolucionar los más de 100 años de historia del volante y, como era de esperar, la jugada no le ha salido del todo bien. El volante yoke no gusta y el repuesto se ha agotado en apenas unos días.
Durante mucho tiempo los ingenieros de Tesla estuvieron advirtiendo de un cambio importante en el sistema de guiado de sus lanzamientos más inminentes. Rápidamente se despertó un gran revuelo en Internet entre defensores y críticos. Había que esperar, probarlo, para poder salir de dudas. Finalmente los Tesla Model S y Model X de última generación presentaron el volante yoke como una de sus novedades principales. El revuelo volvió a levantarse y en esta ocasión muchos dudaban de que la Unión Europea, extremadamente conservadora en muchos aspectos, pudiese homologar un volante con semejante formato, pero finalmente lo hizo.
Tras meses de espera, las primeras unidades llegaron al mercado y empezaron a surgir las primeras críticas. Casi de forma inmediata, las empresas de componentes aftermarket desarrollaron volantes sustitutos, aunque su precio era un gran impedimento. Cada vez en mayor número, los usuarios de Tesla siguieron quejándose del formato porque suponía un verdadero incordio. Además de no contar con la parte superior del aro, los ingenieros no han modificado la desmultiplicación del giro, lo que implica que hay que dar dos vueltas y media entre los topes del volante. El problema más evidente es hacer el giro.
Tampoco ayuda el hecho de que no hay mandos satélite en la columna de la dirección que permitan gestionar maniobras tan corrientes como los intermitentes, el claxon, las luces o los limpiaparabrisas. Todas esas funcionalidades están integradas en los radios del volante provocando mucha confusión entre los conductores. El ejemplo más sencillo es circulando por una rotonda con el volante girado. Al intentar señalizar la salida es muy difícil, por no decir que imposible, activar el intermitente. Y así te puede ocurrir con el claxon en una situación de emergencia. De todo esto nos dimos cuenta durante la prueba del Tesla Model X Plaid.
Rectificar es de sabios y, ante semejante avalancha de críticas, Tesla tomó la decisión de modificar el volante e incluir una alternativa más conservadora como parte del equipamiento opcional. En los pedidos a fábrica no supone cambio alguno en la tarifa del coche, pero sí para aquellos que quisieran cambiarlo una vez entregado el vehículo. Por el módico precio de 700 dólares, el volante redondo está, o mejor dicho estaba, disponible en la tienda de Tesla. La página americana ha agotado existencias en apenas tres días, tal y como recoge el portal InsideEvs, lo que demuestra que muchos usuarios están hartos del yoke y están dispuestos a gastar 700 dólares más tras haber desembolsado 110.000 dólares por el coche.