A la hora de comprar un coche, damos por hecho ciertos atributos básicos y corrientes. Cuatro ruedas, asientos, ventanillas y… un volante. Sin embargo, en los últimos años, los fabricantes parecen haber emprendido una guerra contra lo tradicional. Históricamente, los volantes han sido redondos no por mera cuestión de sentimentalismo, sino sobre todo por evidentes resultados prácticos y de seguridad. El rediseño de la dirección está tomando rumbos inciertos. Los volantes tipo Yoke (Yugo) empiezan a surgir y, con ellos, las primeras dudas. Toyota ya ha anunciado cuándo lo ofrecerá en su gama de eléctricos y será muy pronto.
Si echamos la vista atrás, un par de años nada más, recordaremos la presentación de los Lexus RZ y Toyota bZ4X. Los primeros eléctricos globales de la corporación japonesa dieron mucho que hablar entre la comunidad. Primero, por sus cifras como vehículos impulsados por baterías, algo discretas para los estándares de entonces y los actuales. Pero también fueron la comidilla de todo el mundo por copiar una de las peores ideas de Tesla, el volante tipo Yugo. Nosotros lo hemos probado y no nos ha gustado nada.
Los ingenieros japoneses han estado perfeccionando su volante durante más de un año
Los americanos no han estado muy acertados con su propuesta. Entre otras muchas razones, el volante de Tesla ofrece la misma desmultiplicación que un volante redondo convencional, lo que supone un serio inconveniente a la hora de realizar maniobras a baja velocidad. Resulta tan incómodo que una oleada creciente de clientes insatisfechos obligó a la compañía a ofrecer un formato tradicional como alternativa. La demanda del yoke de Tesla es tan baja que lo que antes venía de serie ahora ya es uno de los opcionales más caros de los Model S y Model X. El que quiera esta extravagancia, que la pague.
La sorpresa fue mayúscula cuando Toyota/Lexus decidió replicar la idea en sus primeros eléctricos. Sin embargo, en un momento de lucidez, los japoneses aplicaron cambios importantes y fundamentales a su presentación. Si bien sigue mostrando un formato poco recomendado, la desmultiplicación de la dirección limita el ángulo máximo del volante a 150 grados con una sensibilidad variable en función de la velocidad. Esto quiere decir que el conductor sólo podrá mover el volante en ese ángulo, lo que a priori parece facilitar mucho maniobras tan básicas como girar en una calle o aparcar. A ritmos superiores la respuesta es menos directa para no afectar a la seguridad.
A pesar de haberlo presentado hace un par de años, los ingenieros no han estado del todo satisfechos con el comportamiento, hasta ahora. El sistema, denominado One Motion Grip, ha estado bajo la lupa este tiempo y ahora, por fin, ya está listo para llegar al mercado. El bZ4X y el RZ serán los primeros modelos en integrarlo a partir del año que viene. Obviamente, será una dirección sin cable, electrónica, al igual que la de la mayoría de coches modernos. Europa ha creado su propio protocolo de homologación para este tipo de sistemas, eliminando la necesidad de un vínculo mecánico entre el volante y la dirección, algo que sí ofrecen los RZ y bZ4X con volante redondo.