Volkswagen sigue los pasos de Audi y anuncia que detiene el desarrollo de nuevos motores de combustión, según ha indicado su director ejecutivo Ralf Brandstätter. El directivo ha afirmado que con los motores de gasolina y diésel que actualmente tiene en cartera será suficiente para atender toda la producción hasta que la marca se convierta en totalmente eléctrica. La nueva normativa europea, Euro 7, ha obligado al Grupo alemán a replantearse sus objetivos que fijan una cuota de ventas de eléctricos para finales de la década del 70% y una red de producción de baterías europeas formada por seis Gigafactorías de las que obtendrá 240 GWh de celdas cada año.
En la entrevista concedida al medio alemán Automobilwoche, Brandstätter ofrece los mismos argumentos que hace una semana utilizaba el CEO de Audi, Markus Duesman, para tomar esta importante decisión. Lo estricto de la normativa de emisiones que la Unión Europea está preparando, supone un desafío que, económica y técnicamente, no es viable para nuevas motorizaciones diésel y gasolina. Los motores actuales se actualizarán lo suficiente para adaptarlos a la nueva normativa de emisiones Euro 7, "los necesitamos durante cierto tiempo y deben ser lo más eficientes posible". También añadió que necesitan vender estos coches para obtener el suficiente capital "para financiar toda la operación de transformación de electrificación de la marca"
Esta transformación está produciéndose a diferentes velocidades en todas las marcas del Grupo Volkswagen, que de hecho, emplea los mismos motores en cada uno de sus modelos. Otro de los grandes fabricantes alemanes, Daimler, también ha optado por una estrategia similar, tal y como declaró en una entrevista el director de desarrollo de la compañía Markus Schäfer a principios del mes de marzo. En su opinión, la velocidad de la transformación dependerá fundamentalmente de lo estricta que sea realmente la próxima norma de emisiones Euro 7. La Unión Europea tiene la intención de presentar un borrador concreto a finales de este año y en función de la regulación que se aplique en última instancia, "las perspectivas para los motores de combustión interna podrían cambiar drásticamente hasta llegar a un escenario en el que sea casi imposible ofrecerlo más allá de 2025", aseguró Schäfer.
Ralf Brandstätter director ejecutivo de Volkswagen.
En esta situación, ninguno de los ejecutivos especificó una fecha definida para que de sus líneas de producción salgan únicamente coches eléctricos. Los motores de combustión desarrollados por VW Passenger Cars y Audi son un factor clave en las estrategias del grupo alemán ya que todos ellos también acaban bajo el capó de las otras dos marcas generalistas del grupo, Skoda y Seat, lo que puede ayudar a que esta transformación se acelere en el tiempo.
El pasado 15 de marzo, durante la celebración del Volkswagen Power Day el grupo anunció el desarrollo de una batería unificada para todos sus modelos a la que acompañaría un aumento significativo de sus objetivos de fabricación y venta de coches eléctricos para 2030. Para finales de esta década, el 70% de las ventas se corresponderán con modelos cien por cien eléctricos lo que establece una gran pendiente en la curva de incremento de la demanda de baterías en los próximos diez años. Según sus estimaciones, Volkswagen estima que necesitará aproximadamente el equivalente a 240 GWh de energía en celdas de batería para 2030. Una demanda que se cubrirá con seis gigafábricas situadas en Europa, cada una de ellas con una producción de 40 GWh anuales.
Actualmente, Volkswagen ya comercializa el ID.3 en Europa y comenzará las entregas del ID.4 este mismo mes. Para finales de 2021 su objetivo es entregar 300.000 vehículos, la mitad de ellos del SUV y el resto entre el compacto y las primeras unidades del ID.5 en Europa y del ID.6 en China, todos ellos sustentados por la plataforma eléctrica MEB. A mitad de la década entrará en producción una nueva plataforma eléctrica, la SSP, que servirá como base para todos los modelos del Grupo.