Si bien las ventas de la familia ID de Volkswagen marchan a buen ritmo, no están consiguiendo los objetivos propuestos. Los alemanes tienen que dar un empujón a su gama más eficiente, aunque para ello haya que desviarse ligeramente del camino de la razón. El Volkswagen ID.7 se presentó hace unos meses como el adalid de la autonomía y el bajo consumo. Todo lo contrario a la unidad experimental que acaban de presentar, el Volkswagen ID.X Performance. La berlina eléctrica elevada a la máxima potencia de rendimiento.
Las primeras unidades ID que hemos conocido a lo largo de estos años siempre han hecho gala de su buen comportamiento eléctrico. Sin embargo, tras el volante, los conductores de ID echan en falta algo de pasión. Los eléctricos deben ser eficientes, lograr mínimos consumos para maximizar su eficiencia, pero nunca hay que menospreciar una versión extrema que, aunque se aleje del concepto principal, aporte un punto de vista radical que emocione a los compradores. La gama del ID.7 cuenta con diferentes versiones, la más eficiente de todas es capaz de lograr un consumo ridículo, inferior al de un Dacia Spring. Pero, en esta ocasión hablamos de una presentación completamente opuesta.
El ID.GTX Performance nada tiene que ver con la esperada versión ID.7 GTX que fue anunciada de forma casi paralela a las versiones normales. Habrá un GTX para la berlina, pero poco o nada se parecerá al modelo que hoy vemos en imágenes. Se trata de un modelo conceptual, un showcar que jamás llegará a los concesionarios. Las modificaciones son tan cuantiosas como generosas. Empezando por el diseño, la excelente aerodinámica del ID.7 se rompe con la introducción de apéndices destacados que buscan optimizar el flujo de aire para que este ayude a incrementar el apoyo en curva. A destacar el nada discreto alerón posterior.
También hay que sumar elementos modificados como las llantas de 20 pulgadas con monotuerca calzadas con neumáticos de competición con una medida 265. En el interior también hay alteraciones, pero más centradas en mejorar la sensación de deportividad. Detalles en rojo racing y, sobre todo, la introducción de asientos delanteros deportivos. Sin embargo, lo más destacado es lo que no podemos ver, la parte mecánica que se esconde bajo esa carrocería tan llamativa decorada en dos tonalidades diferentes. Es ahí cuando Volkswagen nos descubre un ID.7 totalmente diferente al que hemos conocido hasta la fecha.
Como no podía ser de otra manera, el ID.X Performance monta dos motores, uno sobre cada eje, capaces de generar hasta 416 kW (558 CV) de potencia con una función Boost. Volkswagen no ha querido proporcionar más datos del rendimiento, pero aseguran que no sólo se ha incrementado la potencia. Se han modificado otros parámetros dinámicos como la altura de la carrocería, 60 milímetros menos que el modelo de serie, o la convergencia de las ruedas para así mejorar el paso por curva. Seguro que con el paso del tiempo este showcar pisará alguna pista, marcando un tiempo que demostrará que en Wolfsburgo no sólo son capaces de diseñar eléctricos corrientes y eficientes.