Hay un dicho que reza que si no puedes con tu enemigo lo mejor que puedes hacer es unirte a él. Volkswagen tiene muchos y muy ambiciosos planes para la electrificación de su gama. Los alemanes han invertido grandes sumas de dinero en una estrategia que, por ahora, no está dando los resultados esperados. Tras analizar la situación, la nueva cúpula directiva ha adoptado la drástica solución de unir fuerzas con sus rivales chinos. Dicho rumbo abre la puerta a innumerables posibilidades, no sólo en China, sino también a nivel internacional.
Resulta curioso lo mucho que cambian las cosas en unos pocos años. Alemania siempre ha sido considerada una superpotencia en materia automovilística. Marcas como Mercedes, Audi, BMW o Volkswagen han colonizado todos los mercados gracias a una oferta tan atractiva como difícilmente igualable por calidad y precio. Sin embargo, los chinos han pisado a fondo el acelerador, aprovechando al máximo la llegada de la movilidad eléctrica. Hoy son líderes indiscutibles del sector y no parece que nada ni nadie, salvo Tesla, vaya a pararles los pies. Su potencial es enorme, tal y como hace unos días reconocieron en Wolfsburgo.
No hace ni una semana que Volkswagen anunció la compra de una parte de la compañía XPeng. La marca china, con apenas 8 años de vida, ha sabido meterse de lleno en la industria del coche eléctrico con productos más que interesantes y con una tecnología puntera. Estas cualidades han atraído a los directivos de Alemania hasta el punto de desembolsar 700 millones de dólares por un 4,99% de la compañía. Dicha cantidad de dinero le da acceso a un mercado como el chino, donde Volkswagen espera lanzar dos modelos basados en XPeng, y a una colección de piezas y sistemas de última generación.
Es sabido por todo el mundo que los alemanes están teniendo problemas para desarrollar el software de sus próximos coches eléctricos. Los modelos actuales, como el ID.3, han decepcionado y a Volkswagen le saldría mucho más caro reiniciar los proyectos que comprar la tecnología a otro fabricante. Y así ha sido. Sin embargo, tal y como informa Automobilwoche, en Alemania no descartan aprovechar los recursos de sus nuevos socios más allá de las fronteras del país asiático. Es decir, Volkswagen podría traer a Europa un coche eléctrico basado en XPeng.
La idea suena mejor de lo que parece, aunque también hay que reconocer que sería un cambio de mentalidad radical y un vuelco en el status quo de la industria. “No queremos ni podemos hacerlo todo solos. Todo depende de los deseos del cliente en las distintas regiones del mundo”, ha comentado Oliver Blume, actual CEO del Grupo Volkswagen. “En nuestro acuerdo marco con XPeng existe la posibilidad de dar también el paso fuera de China. Pero, primero, queremos establecer el negocio en China, nos ofrece una amplia gama de posibilidades para el futuro”.
No es de extrañar que el país asiático centre la atención de todas las marcas. En los primeros seis meses de este año, se han vendido más de 2 millones de coches eléctricos en el país, más que en cualquier otra región del mundo. La competitividad es brutal y para las marcas extranjeras resulta muy difícil abrirse un hueco entre tanta firma local. A pesar de ello, Volkswagen ha cosechado buenos resultados en los primeros seis meses, pero, repetimos, las expectativas eran mucho mayores cuando arrancó esta nueva etapa eléctrica.