Volkswagen ya ha puesto fecha para decir adiós de manera definitiva al motor de combustión interna, al menos en Europa. Siguiendo los pasos de Audi, a partir del año 2035 Volkswagen dejará de vender coches con motor de combustión interna, dando un paso más hacia la electrificación total de sus productos.
Así lo ha confirmado Klaus Zellmer, responsable de Ventas, Marketing y Posventa y miembro del consejo de administración de Volkswagen, en una entrevista con el diario Münchner Merkur. Volkswagen eliminará de su oferta en Europa los vehículos de combustión interna entre 2033 y 2035, y «algo más tarde» en Estados Unidos y China. En América del Sur y África «se tardará bastante más debido a la falta de un marco político y de infraestructuras» en torno al coche eléctrico.
Preguntado sobre el endurecimiento de los objetivos climáticos de la Unión Europea, que podrían exigir una reducción del 60 % en las emisiones de CO2 para el año 2030 (en lugar del 55 % previsto anteriormente), Zellmer ha asegurado que en Volkswagen están «preparados» para ese posible endurecimiento, y se han fijado el objetivo de alcanzar un 70 % de ventas de coches eléctricos de batería para el año 2030. Según un reciente estudio de Transport & Environment, Volkswagen es el fabricante mejor preparado, junto a Volvo, para dar el salto a la electrificación total de su gama.
Según Zellmer, habrá mercados como Noruega en los que, en una primera fase, sólo se permitirán los vehículos eléctricos. Y habrá mercados en los que «los vehículos eléctricos de batería no tendrían mucho sentido desde el punto de vista ecológico, porque en el futuro la electricidad también se generará principalmente con carbón». Por ello, dice el ejecutivo alemán, «hay que dejar un cierto margen de maniobra» en lo que respecta a los motores de combustión y los vehículos eléctricos, y adaptarse a las diferentes velocidades de transformación en cada región y mercado.
El ID.4 es el primer SUV eléctrico de Volkswagen.
Zellmer reconoce que, incluso en Europa, se necesitará la tecnología de combustión interna «durante algunos años más», incluyendo los motores diésel, ya que -a pesar de la tendencia cambiante- estos siguen teniendo mucha demanda, especialmente entre los clientes que recorren muchos kilómetros anualmente. La introducción de la normativa EU7 es «un reto especial» para Volkswagen debido al endurecimiento de los niveles de emisiones, aunque la mayor preocupación a corto plazo es otra: la escasez de semiconductores.
La falta de semiconductores se ha convertido en uno de los mayores problemas de la industria en el último año, lo que ha obligado a prácticamente todos los fabricantes a recortar turnos de producción e incluso, en algunos casos, cerrar temporalmente algunas líneas de montaje. Para Zellmer, la escasez de semiconductores es «sin duda el mayor reto que tenemos que resolver en la actualidad» y no descartan nuevos ajustes de la producción en los próximos meses. No obstante, esperan que la situación mejore en la segunda mitad del año.
En el primer trimestre del año, la producción de todo el Grupo Volkswagen se redujo en unas 100.000 unidades debido a esta situación, aunque desde la compañía aseguran que harán «todo lo posible» para compensar a lo largo del año los vehículos no fabricados durante los primeros meses del mismo. Volkswagen ya ha anunciado que este próximo verano se fabricarán 10.000 unidades adicionales del Golf añadiendo turnos extra en la fábrica de Wolfsburgo, si bien esto solamente representa un diez por ciento de la caída en los primeros meses del año.