Un incendio es uno de los problemas más graves a los que te puedes enfrentar en alta mar. Al viajar en un barco no hay escapatoria segura posible o te enfrentas al fuego o te lanzas al agua con un futuro incierto. La industria mercantil se toma muy en serio los riesgos de incendio y, ante cualquier conato, busca las causas para encontrar soluciones que impidan una nueva situación de riesgo. En 2022 un barco cargado de coches sufrió un grave incendio a bordo. Ahora, los investigadores han dado con la raíz del problema y eso puede suponer un grave problema para el Grupo Volkswagen. Este no ha sido el único caso semejante.
Hay que remontarse hasta principios del año 2022. A medio camino entre Europa y Estados Unidos, en pleno océano Atlántico, un carguero alertó de un grave incendio a bordo. El Felicity Ice, con casi 200 metros de largo y 32 metros de ancho, llevaba a bordo 3.965 coches con destino al puerto de Houston, en Texas. Por suerte, ninguno de los 22 tripulantes sufrió daños. Todos ellos fueron rescatados por las autoridades marítimas portuguesas y otros barcos. Desde entonces, una investigación se puso en marcha y es ahora cuando empiezan a conocerse las consecuencias.
Graves implicaciones de seguridad para el transporte de vehículos eléctricos
En la lista de carga se contabilizaban alrededor de 1.100 Porsche y casi 200 Bentleys. Coches completamente nuevos que acaban de ser ensamblados en las fábricas alemanas e inglesas. Sin embargo, dichos vehículos jamás llegaron a su destino y, en su momento, Volkswagen contabilizó 155 millones de dólares en pérdidas. Si bien esta cifra ya debería asustar a cualquiera, los problemas no han dejado de surgir desde entonces. Tanto el operador del buque, Mitsui OSK Lines, como la aseguradora, Allianz, han interpuesto una demanda contra el Grupo Volkswagen ante el tribunal de Stuttgart. ¿Cuál ha sido el motivo?
Según los peritos encargados de analizar las causas del siniestro, la batería de un Porsche Taycan fue la causante de originar la peligrosa situación. El caso se presentó hace un año, pero quedó en suspenso ya que ambas partes esperaban poder saldar la crisis mediante un acuerdo económico. Sin embargo, las mediaciones no han ido por la senda correcta, aunque todavía no se ha dicho la última palabra.
Un juez tratará de buscar una solución amistosa a finales de este mismo año. Por el momento, ninguna de las tres partes implicadas ha querido realizar declaraciones al respecto, pero está claro que Volkswagen tendrá que abrir la chequera una vez más.
Los demandantes aseguran que Volkswagen no les informó debidamente del riesgo de la carga ni de las precauciones necesarias para transportar los coches eléctricos. Se espera que el proceso se siga alargando en el tiempo ya que son muchos los millones que los alemanes tendrían que poner encima de la mesa para solventar el problema. La repercusión del caso puede obligar a las marcas a modificar los contratos y las condiciones de exportación de sus coches eléctricos.
Cada día decenas de barcos surcan los océanos para transportar preciadas cargas. BYD ya cuenta con una flota de barcos específicamente diseñados para los viajes de sus coches eléctricos. Con ellos espera inundar Europa.