Volkswagen no levanta cabeza, a veces por malas decisiones y otras por problemas en la cadena de suministros. A los alemanes les está costando arrancar su etapa eléctrica, pero no cejan en su empeño. Tras una reorganización de sus fábricas de coches eléctricos, la planta de Emden adquiere un papel protagonista. El centro alemán será el lugar de nacimiento de muchos modelos de la gama ID, pero sus trabajadores no tienen con qué trabajar. A la falta de pedidos se suma ahora la falta de suministros. Faltan componentes y, por ello, han tenido que paralizar la actividad durante unos días en una etapa crucial para el Volkswagen ID.7.
Los alemanes están en pleno proceso de ordenamiento como parte de su plan de ahorro. Deben evitar gastar. Durante los próximos años, Volkswagen quiere reducir sus facturas en 10.000 millones de euros para así poder cuadrar las cuentas y volver a una senda positiva de rentabilidad. Los modelos de la gama ID están dando muchos quebraderos de cabeza. Las últimas noticias revelan una situación complicada ante la falta de pedidos. Las reservas de coches se agotan, los concesionarios no tienen clientes a los que vender los coches y las fábricas reducen su actividad.
Emden y Zwickau paralizan su actividad por la falta de componentes mecánicos
Tal y como informan fuentes alemanas, la planta de Emden ha tenido que paralizar su actividad durante tres días porque no llegan motores a la línea de montaje. Los modelos más afectados son el ID.4 y el ID.7. El tercer centro más importante de distribución a nivel europeo también produce otros modelos como el Passat, que actualmente se encuentra dando los primeros pasos de su nueva generación. La inversión es generosa en el entorno de la factoría. Volkswagen espera gastar unos 1.000 millones de euros para aumentar la capacidad de producción de coches eléctricos.
A pesar de esa generosa partida presupuestaria, los trabajadores no pueden hacer nada si faltan pedidos o componentes. La fábrica de Zwickau, en el estado de Sajonia, también se enfrenta a los mismos problemas. La producción se detiene por falta de motores, aunque en ese caso la fábrica se centra única y exclusivamente en los coches eléctricos. Se espera que el parón sea cuestión de días, pero no hay nada confirmado al respecto.
Estos problemas llegan en uno de los peores momentos para el conglomerado alemán. Audi y Porsche siguen retrasando el lanzamiento de modelos importantes, aunque en ese caso el causante es el software destinado a la gestión de la plataforma SSP.
Mientras tanto, el Volkswagen ID.7 continúa siendo la esperanza de la marca para reflotar la estrategia eléctrica. Hace meses que la berlina se presentó en sociedad con excelentes datos de rendimiento. Con hasta 700 kilómetros de autonomía homologada, el ID.7 ya está disponible en nuestro mercado con un precio de salida de 61.970 euros.
A pesar de los retrasos, se espera que las primeras unidades lleguen a la calle a finales de este mismo año. La lenta adopción del vehículo eléctrico en Europa ha obligado a Volkswagen a retrasar la construcción de sus centros de baterías. No habrá más fábricas más allá de las tres ya asignadas.