Resulta curioso cómo las marcas se quejan de que se venden pocos coches eléctricos en Europa y Estados Unidos. Muchas compañías han tenido que pisar el freno en sus estrategias eléctricas ante la baja demanda. A la hora de analizar el mercado y los motivos de la lenta aceptación de la movilidad eléctrica muchos estudios demuestran que la autonomía y la infraestructura de carga suponen una barrera para muchos conductores. Los coches eléctricos cada vez pueden viajar más lejos sin parar a recargar y cada vez hay más puntos de carga repartidos por nuestra red de carreteras, entonces, ¿cuál es el problema? El precio. El último lanzamiento de Volkswagen en China nos demuestra que el precio es un factor determinante en el éxito de un coche eléctrico.
Volkswagen fue una de las primeras marcas en ver el potencial del mercado eléctrico. Ya bajo el mandato de su anterior CEO, Herbert Diess, los alemanes dieron los pasos necesarios para lanzar una familia completamente nueva de vehículos eléctricos. La gama ID se hizo realidad en 2020 con el lanzamiento de su primer coche, el ID.3. Seguidamente han llegado más unidades como el ID.4, el ID.5 o el ID.Buzz. El más reciente ha sido el Volkswagen ID.7. Una buena berlina eléctrica que intenta corregir todos los defectos del pasado. Volkswagen es el tercer mayor vendedor de coches eléctricos a escala global, después de Tesla y BYD, aunque la diferencia con los dos líderes es significativa, duplican las cifras.
Las marcas europeas se quejan de un problema que ellas mismas han generado
Las ventas en Europa y en Estados Unidos no despegan. Volkswagen ha perdido gran parte de su atractivo a ojos de los clientes más tradicionales. La rentabilidad de la marca ha caído significativamente y están haciendo todo lo posible por retomar una senda positiva en cuanto a beneficios cosechados por cada vehículo matriculado. Eso les ha llevado a un plan de ajuste económico de 10.000 millones de euros. China es el único mercado del mundo donde Volkswagen muestra su tremendo músculo. El año pasado figuró entre las marcas más vendidas en el país y no es de extrañar que ponga el foco en la región y en la movilidad eléctrica.
Durante el pasado mes de abril, Volkswagen adelantó el lanzamiento de una nueva marca específica para China, bautizada como ID.UX. Una firma centrada en la movilidad eléctrica para clientes jóvenes. ¿Su eslogan? En China, para China. A lo largo de estos meses han ido dando pistas de cuál iba a ser su primer lanzamiento y este se ha hecho patente hoy mismo. Como ya sabíamos, el primer modelo de la familia es el ID.UNYX. No hace falta decir el tremendo parecido que guarda con el CUPRA Tavascan. Modelo que, por cierto, se ha convertido en el primero de la marca CUPRA en fabricarse en China. Al igual que otros fabricantes asiáticos, los de Wolfsburgo tienen ahora que asumir un incremento en los aranceles de importación. Un perjuicio económico que, como todo el mundo podía suponer, lo asumirá el cliente.
El ID.UNYX es, salvo contados detalles, una réplica del Tavascan, tanto por dentro como por fuera. Tiene la misma plataforma, las mismas medidas, la misma batería y las mismas opciones mecánicas. Lo único que varía es la autonomía homologada ya que China emplea el sistema CTLC mientras que Europa se somete al protocolo WLTP. También cuenta con el mismo equipamiento, el mismo espacio y la misma calidad. Son dos coches prácticamente idénticos vendidos bajo marcas diferentes. Sin embargo, sí que hay algo que separa al Tavascan del ID.UNYX. El precio. El modelo chino de Volkswagen es 22.000 euros más barato que el SUV eléctrico español. Recuerdo: son el mismo coche.
Me surge una pregunta rápida, ¿por qué la diferencia si son el mismo vehículo? Obviamente, entiendo todos los costes añadidos del Tavascan al importarse desde China, pero ha sido decisión de Volkswagen fabricarlo fuera de Europa. El mercado chino disfruta ya del ID.UNYX por un precio comprendido entre los 209.900 y los 249.900 yuanes, que al cambio de moneda vienen a ser entre los 26.500 y los 31.500 euros. Cifras muy ajustadas para un D-SUV de estas características. De hecho, es más barato que un Tesla Model Y equivalente. Un precio realmente competitivo que será una excelente base para fortalecer las ventas en la región.
Si miramos el precio del Tavascan en España está comprendido entre los 48.990 y los 65.060 euros, antes de posibles ayudas o descuentos. Entre 22.500 y 33.560 euros de diferencia. Es una auténtica locura que deja evidencia que si las marcas europeas no consiguen hacer triunfar sus coches eléctricos no es por culpa de la infraestructura o de la autonomía, sino porque venden sus coches a un precio prácticamente inalcanzable para la mayoría de los conductores. Si realmente las marcas quieren cumplir con los objetivos de electrificación en Europa tendrán que reducir drásticamente los precios. No les queda otra. Sin ello, el sendero eléctrico se partirá en algún momento, como ya está pasando.
El problema no sólo lo tenemos los conductores europeos, que tenemos que pagar casi el doble por un coche que en China se vende a mitad de precio, el problema es que Europa está destruyendo una de sus principales industrias. El sector de la automoción supone cientos de miles de millones en ingresos y millones de puestos de trabajo especializados. El Viejo Continente siempre ha sido la referencia automovilística a escala mundial. Los chinos no sólo se han acercado peligrosamente, sino que nos han adelantado. Algunas marcas europeas han derivado a China la producción de sus coches. Mientras, en un mundo paralelo, muchas marcas chinas ya piensan en abrir fábricas en Europa. Estamos ante un cambio de rumbo nunca antes visto y, en cierta manera, los fabricantes tienen culpa de ello.