El Grupo Volkswagen es uno de los fabricantes tradicionales que más inversiones ha anunciado para iniciar una nueva etapa, basada en la electrificación. Su confianza en la movilidad eléctrica le ha llevado a exigir apoyo político para sus planes, una postura que choca con la estrategia de la Asociación Alemana de la Industria Automotriz (VDA) y que ha llevado al fabricante alemán a amenazar con su salida de este poderoso lobby.
A través de los grupos de presión y durante años, los fabricantes de automóviles han promovido políticas para frenar la adopción de los vehículos eléctricos por parte de los usuarios. Más recientemente las asociaciones de fabricantes de automóviles han presionado contra los esfuerzos por parte de las autoridades para incrementar las exigencias de las normativas de emisiones.
lan de reducción de emisiones de CO2 de Volskwagen en el proceso de fabricación del ID.3.
Las reglamentaciones exigen a los fabricantes unas emisiones inferiores a una cifra promedio en toda su flota que, cuanto más baja se fije, más obligará a incorporar a su catálogo vehículos eléctricos. Los lobbys y los grupos de presión que se mueven tratando de influenciar a los políticos son capaces de modificar las exigencias en función de sus intereses. Muchos de los fabricantes que anuncian grandes planes de electrificación intervienen en estos grupos apoyando los esfuerzos por elevar las cifras de emisiones.
Por primera vez, Volkswagen parece estar reconociendo públicamente la existencia de esta doble táctica en la industria del automóvil, y está presionando a la Asociación de la Industria Automotriz Alemana (VDA), uno de los grupos de presión más poderosos de su país, para que modifique su estrategia de presión hacia una mayor expansión de la movilidad eléctrica.
El diario alemán Welt publica unas declaraciones del CEO de Volkswagen, Herbert Diess, en las que, asumiendo todas las críticas que ha recibido en los últimos años, solicita a la VDA "alejarse de la estrategia de apertura tecnológica y garantizar que todas las fuerzas se centren exclusivamente en la expansión del coche eléctrico". Con estas palabras, Diess, insta a esta asociación a abandonar la promoción de los vehículos movidos por otras tecnologías diferentes a la eléctrica, como el gas o la pila de combustible de hidrógeno. "Esta estrategia sobrecarga a la industria", afirma.
Herbert Diess, CEO de Volkswagen junto al Volkswagen ID.3.
Según Volkswagen, la VDA debería trabajar para garantizar que la industria y la política diseñen un "plan maestro de electromovilidad" estableciendo un "fondo estructural" para amortiguar los recesos y el cambio tecnológico en la industria. Los coches eléctricos de baterías deberían disfrutar de exenciones fiscales para aumentar las ventas, particularmente los modelos más económicos, promoviendo la "movilidad eléctrica de nivel de entrada".
Volkswagen quiere afianzar su estrategia de electrificación apoyándose en las posibilidades de presión de la asociación sobre las decisiones políticas para evitar la combinación de tecnologías alternativas. La inversión y el tiempo que requieren retrasarán la implantación del vehículo eléctrico, además de suponer un coste excesivo en tecnologías que finalmente no tendrán implantación real por ser económica o técnicamente inviables.
Por su parte, la VDA ha respondido escuetamente diciendo que se reunirá próximamente con Volkswagen, pero que "el resto de alternativas de propulsión permanecen en su campo de visión".
El Grupo Volkswagen anunció un nuevo impulso a su estrategia de electrificación hace unos días modificando sus planes al alza con el lanzamiento, hasta 2025, de 70 modelos eléctricos, entre híbridos enchufables y eléctricos puros, lo que supondrá que su flota alcanzará los 22 millones de unidades circulando por todo el mundo en 2028.
