Aunque la Gigafactorías de Tesla suele ser la referencia de los grandes centros de producción de coches eléctricos, sus números no son comparables con las proporciones de la planta matriz de Volkswagen. La ciudad de Wolfsburgo se creó alrededor de la fábrica y hoy se establece como la joya de la corona de la casa alemana. Con más de siete décadas de historia, la factoría sigue actualizándose ante nuevos retos. La próxima gran actualización le costará a Volkswagen la friolera de 460 millones de euros. Una fuerte inversión que ya está en marcha y que permitirá acelerar el ritmo de producción del Volkswagen ID.3.
La hoja de ruta de la fábrica siempre ha incluido el incremento de producción de vehículos eléctricos. Actualmente, en la planta alemana se producen principalmente las diferentes versiones de modelos estrella como el Volkswagen Tiguan y el Volkswagen Golf. El ID.3 quiere sumarse a esa lista, pero eso requiere que las líneas y los procesos se actualicen significativamente. Un cambio que no se realizará de la noche a la mañana ni será especialmente económico. Dentro de los límites de la planta de Wolfsburgo los coches se fabrican desde cero, desde que son una simple plancha de metal hasta que arrancan por primera vez.
Adaptar maquinarias, prensas, robots, líneas de transporte, logística, módulo de baterías, taller de pintura, chapa, ensamblaje final… Los procesos que llevan a un coche a ser lo que es son largos y complejos. El Volkswagen ID.3 requiere un tratamiento muy diferente al de otros modelos térmicos. Actualmente la planta alemana de Zwickau se encarga de la producción en exclusiva del compacto eléctrico, pero con el lanzamiento del restyling anunciado días atrás, la planta de Wolfsburgo también entrará en escena para así elevar la producción de forma significativa. Más adelante se sumarán otros modelos de la gama ID, principalmente el SUV compacto que ya ha sido anunciado.
Wolfsburgo empezará a producir el ID.3 a partir del próximo año, aunque durante unos meses la producción estará dividida con Zwickau. La planta matriz no será capaz de producir por completo el ID.3 hasta el año 2024, mientras tanto sus colegas suministrarán algunos componentes indispensables como los parachoques, que serán transportados por carretera de una instalación a otra. Las obras definitivas deberían estar acabadas el 2025 tras haberse gastado los 460 millones de euros presupuestados.
Con respecto a la renovación del ID.3, Volkswagen ya ha presentado los primeros bocetos. Exteriormente, hay cambios significativos en los parachoques, aunque será el interior y el equipamiento tecnológico los apartados que más novedades presenten. Se espera que los alemanes mejoren la calidad de acabados, algo bastante necesario teniendo en cuenta los estándares habituales de la casa. También se remozará por completo un sistema multimedia que lleva siendo un quebradero de cabeza desde el primer día: nuevo software para ofrecer mejor rendimiento.
En lo que a mecánicas se refiere las novedades no serán significativas, aunque sí se esperan actualizaciones en todo el tren de potencia. Volkswagen espera incrementar las cifras de rendimiento y autonomía, logrando un 2 % más de rango que los modelos actuales. Los datos definitivos no se conocerán hasta la presentación oficial que tendrá lugar durante la primavera del año 2023. Las entregas empezarán a finales del mismo curso, siendo las plantas de Wolfsburgo y Zwickau las que compartan la producción de la esperada renovación del compacto eléctrico.