Dicen que los problemas nunca vienen solos y en el Grupo Volkswagen se empiezan a acumular. Apenas unas horas después de haberse conocido que han mantenido conversaciones con sus socios chinos sobre la posible venta de sus fábricas alemanas de Osnabrück y Dresde, ahora el grupo tiene que esquivar otra bala: los más que posibles aranceles de Trump a los coches europeos.
La única manera de sortearlos es teniendo la fabricación en suelo estadounidense, por eso el Grupo Volkswagen está considerando fabricar en Estados Unidos varios modelos de sus marcas Audi y Porsche, dos de las joyas de la corona del grupo alemán, según informa el diario alemán Handelsblatt.
Con su llegada a la Casa Blanca, por segunda vez, el presidente Donald Trump quiere imponer más aranceles a los vehículos importados desde Europa y México. La solución que está planteándose Volkswagen es la única con la que podrían evitar los nuevos aranceles, aunque no está exento de inconvenientes.
Estas dos marcas del grupo están particularmente expuestas a los nuevos aranceles estadounidenses: ambas tienen ventas muy importantes en Estados Unidos, pero, a diferencia de Volkswagen, ninguna de ellas fabrica sus coches allí. En el caso de Porsche, todos y cada uno de los coches de la marca se fabrican en Europa. Audi, por su parte, tiene una planta en San José Chiapa (México), donde actualmente fabrica el Q5, uno de sus modelos más vendidos. Desde allí lo exporta a Estados Unidos.
En este contexto, la planta de Volkswagen en Chattanooga podría ampliarse para fabricar modelos de Audi y Porsche, según recoge el Handelsblatt citando a varias fuentes de la empresa. En Chattanooga se fabrica actualmente el Volkswagen ID.4 eléctrico y el Volkswagen Atlas, y tiene capacidad productiva y mucho espacio para acoger una posible expansión.
Otra opción sobre la mesa es la nueva fábrica de Volkswagen para la marca Scout de todoterrenos, ubicada en Carolina del Sur. Con Scout, el grupo alemán recupera una antigua marca que fue muy popular en los años 60 y 70 del siglo pasado gracias al International Scout, un todoterreno de dos puertas y fabricación estadounidense.
Norteamérica (incluyendo Canadá) es el mayor mercado de Porsche a nivel mundial. Allí vendieron el año pasado 86.541 coches, el 28% de sus ventas a nivel mundial. Es un mercado vital para la marca de Stuttgart. Además, debemos tener en cuenta que Porsche tiene un margen de beneficio muy elevado (superior al 20% en 2024) y es la gallina de los huevos de oro para el grupo. Y aunque el cliente medio de la marca tiene un alto poder adquisitivo y mayor capacidad para afrontar una subida de precios, los nuevos aranceles afectarían tanto a las ventas de vehículos como a los ingresos de la compañía.
Según la agencia de calificación Moody's, los beneficios del Grupo Volkswagen podrían verse afectados entre un 5 y un 10 por ciento si se aplica un arancel del 10 por ciento a las importaciones europeas. Si se elevan al 25 por ciento los aranceles a las importaciones mexicanas, el impacto en los beneficios podría alcanzar hasta el 15 por ciento.