El paradigma de la segunda vida de las baterías es una cuestión que se va haciendo más fuerte conforme nos adentramos de lleno en la presente década, pues las ventas de coches eléctricos aumentan y el alto valor de este componente impone planear qué pasará con él cuando el coche eléctrico en cuestión llegue al final de su vida útil.
Y es que con los coches eléctricos no sucede lo mismo que con un coche térmico y su componente más importante, el motor. Cuanto estos alcanzan el final de su ciclo de vida el propulsor, normalmente, no suele estar en condiciones de volver a tener cabida en otro coche o de tener una segunda aplicación. En cambio, cuando un coche eléctrico llegue al final de su vida útil la batería aún dispondrá de una capacidad de almacenamiento energético suficientemente efectivo como para ser reciclada y dedicarla a otros usos.
Esta es una cuestión que ha abarcado el CEO del Grupo Volkswagen, Herbert Diess, durante el IAA que se está celebrando estos días en la ciudad alemana de Múnich, que ha traído consigo una importante oleada de novedades en lo relativo a coches eléctricos.
El directivo alemán ha dejado claro que la meta del consorcio es mantener las baterías bajo su propiedad incluso cuando los coches eléctricos alcancen el final de su vida útil. Decía el directivo alemán en unas declaraciones recogidas por Automotive News Europe.
"La duración de la batería creemos que hoy día que es de unos 1.000 ciclos de carga y unos 350.000 kilómetros, algo así. Por lo tanto, la batería probablemente durará más que el coche, y queremos apoderarnos de la batería. No, no quiero regalar la batería".
Volkswagen ID. Life, presentado ayer mismo en el IAA de Múnich.
Atendiendo al caso de coches eléctricos, cuando éstos hayan completado su vida útil tal vez no tengan un valor alto en el mercado de segunda mano, pero su valor residual a causa de su batería sí que se antojará sumamente alto para las empresas. En el Grupo Volkswagen obviamente saben de ello, por eso, según ha dado a conocer el propio Herbert Diess, ya tienen un plan para hacer que las baterías tengan un uso después de haber servido a particulares: el leasing de coches eléctricos usados.
"Tendremos un segundo producto de tipo arrendamiento; ya lo hemos planeado de antemano", comentaba Diess acerca de ello. "En Europa, estamos intentando conseguir un segundo arrendamiento e incluso un tercer arrendamiento, y mantener el coche en nuestras manos", decía el alemán, dejando entrever que en Estados Unidos y demás mercados se antoja más complicado de llevar a cabo.
"La tarea de nuestra organización es realmente tratar de mantener las baterías, y probablemente entrar en un segundo o tercer ciclo de arrendamiento del coche y luego reutilizar las baterías", explicó Diess. "En ciertas regiones, hay que resolverlo, hay que acordarlo con los distribuidores, pero nos gustaría conservar cada una de las baterías para siempre". Y es que más allá de tener previsto una vida después primer cliente, Volkswagen tiene que asegurarse que puede volver a tomar posesión del vehículo para así disponer de la batería.