Volvo Cars está realizando importantes inversiones para diseñar y desarrollar internamente los motores eléctricos de su próxima generación de modelos, una iniciativa que se enmarca dentro del objetivo de la compañía de convertirse en un fabricante de vehículos exclusivamente eléctricos.
Por ello, la empresa inauguró un nuevo laboratorio de motores eléctricos en Shanghái (China), que se trata de su última incorporación a su red global de centros para el desarrollo y test de componentes de coches 'cero emisiones'.
Para Volvo, los motores son, junto con la batería y con la electrónica de potencia, un componente "fundamental" de los vehículos eléctricos, por lo que internalizar el desarrollo de los propulsores permitirá a sus ingenieros seguir optimizando las mecánicas.
"Diseñar y desarrollar motores de forma interna nos permite afinar nuestros motores eléctricos a niveles cada vez mejores. La mejora constante de los niveles de rendimiento en términos de eficiencia energética y confort es la base de una experiencia de conducción eléctrica que solo Volvo puede ofrecer", ha indicado el director de Tecnología de Volvo Cars, Henrik Green.
Operativo desde el mes pasado, el nuevo laboratorio de motores de Shanghái se centrará principalmente en el desarrollo de mecánicas eléctricas para vehículos híbridos y 100% eléctricos basados en la futuro plataforma modular de modelos SPA2 de Volvo.
Las inversiones en el diseño y desarrollo de motores eléctricos son un paso más hacia el cumplimiento del plan climático y la estrategia de electrificación de Volvo Cars. Para 2025, la compañía aspira a que la mitad de su volumen de ventas globales corresponda a vehículos totalmente eléctricos y el resto a vehículos híbridos.
La electrificación forma parte del plan climático integral de Volvo Cars, que tiene como objetivo reducir las emisiones de carbono en todas sus operaciones y productos para convertirse, antes de 2040, en una compañía cuyas operaciones no tengan ningún impacto sobre el clima.
Este plan no se limita al objetivo de reducir las emisiones de escape mediante la electrificación; también se reducirán las emisiones de carbono en la red de fabricación y las operaciones generales, así como en la cadena de suministro y en las operaciones de reciclaje y reutilización de los materiales.
Como primer paso concreto para alcanzar esta visión en 2040, la empresa se ha propuesto reducir la huella de carbono de todos sus vehículos a lo largo de su vida útil en un 40% entre 2018 y 2025.