Volvo ha inaugurado su primera planta de producción en Estados Unidos, situada en Charleston (Carolina del Sur), en la cual ha invertido cerca de 1.100 millones de dólares (más de 950 millones de euros). La firma sueca iniciará allí el ensamblaje de su modelo S60 este otoño, con una versión T8 híbrida enchufable que podría ir seguida de otros coches híbridos y eléctricos, incluyendo los de la marca filial de origen chino Lynk & Co.
Enmarcada en la estrategia de la compañía 'Construye donde vendes', la nueva planta de Volvo producirá hasta 150.000 vehículos al año y tendrá una plantilla de 4.000 personas "en los próximos años", de las cuales 1.500 serán empleadas a finales de este año.
De esta manera, las nuevas instalaciones de Volvo en Norteamérica se unen a las dos plantas de producción y una de motores que la compañía tiene en Europa, así como a sus tres fábricas de automóviles y una de motores en China, y sus plantas de ensamblaje en India y Malasia.
"La planta de Charleston establece a Estados Unidos como nuestro tercer mercado interno", ha destacado el presidente y director ejecutivo de Volvo Cars, Hakan Samuelsson.
Por su parte, las nuevas instalaciones incluyen un edificio de oficinas para hasta 300 empleados de Investigación y Desarrollo (I+D), Compras, Calidad y Ventas.
"Nuestro negocio en Estados Unidos se está desarrollando bien, nuestros automóviles han ganado prestigiosos premios, y las nuevas instalaciones de Carolina del Sur (Estados Unidos) serán un gran activo tanto para Volvo Cars como para la comunidad", ha afirmado el presidente y consejero delegado de Volvo Cars en Estados Unidos, Anders Gustafsson.
Además del nuevo Volvo S60, que iniciará su producción este año, a partir de 2021 la fábrica de Estados Unidos producirá la próxima generación del todocamino XC90, que se comercializará tanto en Estados Unidos como a nivel global también con una versión híbrida enchufable.