A lo largo de estos últimos años, el coche eléctrico ha animado el mercado con la llegada de nuevos e interesantes fabricantes. Muchas empresas tecnológicas han visto la oportunidad de diversificar su cartera de productos. Si hablamos de compañía de tecnología no hay nadie más famoso y grande que Apple. Los de Cupertino tienen el mundo a sus pies y quieren aprovechar esa posición para lanzar un coche con el que esperan revolucionar el mercado. Aunque oficialmente no está confirmado su lanzamiento, los expertos ya saben cuándo llegará al mercado. No será pronto, pero, según ellos, aterrizará antes de lo esperado.
En los últimos años es abundante, pero no oficial, la información relacionada con el Apple Car, un proyecto de coche eléctrico conocido internamente como Proyecto Titán. Tim Cook, máximo responsable de Apple, ha jugado al despiste con todo el mundo. Oficialmente no hay un coche con el logo de la manzana, pero, desde la sede, tampoco esconden que están trabajando en uno. Las diferentes patentes filtradas evidencian que al menos hay un equipo de trabajadores al mando del proyecto. Sin embargo, el desarrollo va mucho más lento de lo esperado y Apple tampoco quiere poner todos los huevos en la misma cesta. Desarrollar un coche es significativamente más caro que diseñar un teléfono móvil o un portátil y, además, carecen de expeiencia en este sector.
El año pasado, numerosos nombres ilustres del equipo de trabajo dejaron su puesto y los rumores de cancelación se acompañaron de nuevas fechas de lanzamiento. Una vez más, los expertos adivinaron un letargo de dos años, pero ahora ya se atreven a fijar una fecha más concreta. Daniel Ives, director gerente de Wedbush Securities y analista senior, ha comentado en una entrevista a la CNBC que la llegada del primer coche de Apple es una cuestión de cuándo, no de si. Según su vaticinio, la presentación se llevará a cabo a finales de 2025, pero no será hasta el 2026 cuando las primeras unidades lleguen a la calle.
En Cupertino, están destinando recursos a su primer coche, pero sin volverse locos. Saben que no dependen de él para sobrevivir y que será considerado como uno más de sus gadgets. Todo lo que lanza Apple, o al menos la mayoría, parece estar tocado por una varita dorada. Los americanos deben cumplir unas exigencias superiores al resto de marcas. Un producto de la manzana se caracteriza por su diseño, su rendimiento y su practicidad y, además, indica un estatus social. No es lo mismo sacar un iPhone que un Xiaomi, por mucho que los chinos ya venden dispositivos muy caros. Esa misma filosofía se extrapolará a un coche que será referencia en cuanto a tecnología.
Si la línea temporal marcada por Ives es correcta, todavía tardaremos unos cuantos meses en ver los primeros adelantos y las primeras unidades de prueba en la carretera. Nadie de la compañía ha comunicado oficialmente su lanzamiento, pero no es nada extraño que Apple juegue al despiste con estas cuestiones. Todo el proyecto es un secreto, las filtraciones son mínimas y las opiniones de expertos suelen ser más cuestión de esperanza que de realidad. Si finalmente cuadran los números y el trabajo, Tim Cook podría ver cumplido el sueño de lanzar un gran producto antes de poner punto y final a su etapa como CEO de la compañía.