La industria del automóvil pone sobre la mesa una oferta muy extensa de vehículos. Tamaños, formatos, equipamientos, calidades, muchos argumentos que tratan de cubrir las exigencias de todos los compradores. Las opciones pueden ser muchas, pero los que sustentan de verdad el mercado son los modelos de gran volumen de ventas. Y aquí entra en juego el precio, que en los últimos años no ha parado de crecer. Tanto, que los coches más pequeños, que deben ofrecerse a un precio asumible por todos, casi han dejado de existir.
La semana pasada, los países miembros de la Unión Europea alcanzaban un consenso para apoyar la propuesta presentada por España destinada a flexibilizar los estándares de emisiones en la regulación Euro 7, que se aplica a automóviles de turismo, furgonetas y camiones.
Curiosamente, la propuesta del Consejo Europeo para flexibilizar los estándares de emisiones Euro 7 podría ser un alivio para los vehículos pequeños. Los fabricantes de automóviles habían expresado su preocupación de que esta normativa desviara la inversión hacia los vehículos eléctricos y exigiera una costosa reingeniería de los modelos de combustión existentes.
Las emisiones clave reguladas por las normativas europeas (actualmente Euro 6e) incluyen las partículas finas, el monóxido de carbono y los óxidos de nitrógeno que, según los expertos en salud, contribuyen a decenas de miles de muertes al año. Esta versión revisada de la Euro 7, en esencia, mantiene los niveles de contaminación para los automóviles de pasajeros en el estado actual. Sin embargo, exige mejoras a los camiones pesados y establece límites, por primera vez, para las emisiones de partículas de frenos y neumáticos.
Un punto de conflicto para los fabricantes de automóviles ha sido el coste que supone homologar los motores. ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles) afirma que los fabricantes de automóviles tendrán que añadir 1.000 euros por vehículo (el doble para los compradores). Mientras, los reguladores sostienen que ese coste, para los consumidores, sería de menos de 200 euros por vehículo.
Argumentos y ejemplos de los fabricantes
Varios altos dirigentes del sector automovilístico han criticado la Euro 7. Oliver Zipse, CEO de BMW, señaló que implica "más regulación sin ninguna mejora en la calidad del aire". Por su parte, Carlos Tavares, CEO de Stellantis, calificó las normas de emisiones como "inútiles". El CEO del Grupo Renault, Luca de Meo, que también es presidente de ACEA, advirtió en enero de que la implementación de la Euro 7, tal y como se propuso inicialmente, podría poner en peligro muchos empleos en Europa. El aumento de los precios podría dar como resultado una disminución de las ventas de vehículos nuevos de entre un 7% y un 10%, lo que abocaría al cierre de hasta cuatro fábricas del Grupo Renault.
A principios de este mes, Volkswagen anunciaba que una normativa Euro 7 estricta como la propuesta en el borrador anterior implicaría posiblemente la desaparición en Europa del Polo, cuyo precio inicial es de unos 20.000 €. En 2022, su CEO, Thomas Schäefer, advertía que su precio podría aumentar entre 3.000 y 5.000 €. Otra marca del grupo, Skoda, anunciaba que no renovaría la versión familiar del Fabia (Combi) debido a la dificultad de cumplir con las nuevas propuestas Euro 7. Por ahora, la marca no ha emitido comentarios sobre la nueva propuesta para Euro 7.
La contradicción: contaminar más para cubrir la demanda
La nueva propuesta del Consejo europeo parece recoger estas quejas de los fabricantes. La ACEA elogió la nueva propuesta como “mucho más sensata”, aunque destacó que la estrategia de producto de cada fabricante de automóviles dependerá de su implementación. También señaló que, aunque requeriría pruebas adicionales y homologación e incluso, posiblemente, una reingeniería significativa de los controles de emisiones, “debería permitir que se sigan produciendo estos coches más baratos. El hecho de que la propuesta del consejo sea un paso en la dirección correcta alivia algo de presión".
Anna Krajinska, gerente de emisiones de vehículos y calidad del aire de Transport & Environment, expresó su preocupación de que incluso con una Euro 7 menos estricta, haya garantía de que los fabricantes de automóviles vuelvan a la producción de automóviles pequeños. Argumentó que muchos de ellos ya han cambiado su enfoque hacia la fabricación de modelos de mayor precio, como los SUV.
En una entrevista, señaló que es "difícil para los fabricantes de automóviles" justificar su posición de que no pueden permitirse homologar motores bajo estándares más estrictos, dado que sus ingresos y beneficios han aumentado considerablemente en los últimos años”. Según el grupo que representa, elevar los estándares de emisiones de la Euro 7 es beneficioso, teniendo en cuenta que se espera que se vendan 100 millones de automóviles nuevos con motor de combustión en Europa desde ahora hasta la fecha límite de 2035, cuando se prohibirá su venta. Señaló que una estrategia más efectiva para lograr un transporte asequible es impulsar políticas que fomenten la adopción de vehículos eléctricos de menor tamaño.
El recorrido de la Euro 7
Está previsto que el Parlamento Europeo someta a votación la nueva versión del plan a principios de noviembre. Posteriormente, el Consejo, el Parlamento y la Comisión Europea negociarán la versión final que podría ser aprobada en unos meses. Las regulaciones entrarían en vigor 24 meses después para los modelos nuevos y 36 meses para los modelos existentes, es decir, en algún momento entre 2026 y 2027.
