A principios de este mes de febrero, Yamaha abrió los pedidos de su nuevo motor eléctrico, un propulsor compacto capaz de generar una potencia de hasta 200 kW (268 CV) de potencia. Para ello, los ingenieros nipones han decidido hacer un test más que curioso: instalarlo en un Alfa Romeo 4C y comprobar el rendimiento del deportivo compacto y liviano con propulsión eléctrica, tanto en el banco de potencia como en un test en exteriores.
A modo de referencia, el Alfa Romeo 4C dejó de fabricarse en 2019 y contaba con un motor de gasolina de 1,7 litros, 240 CV de potencia y 350 Nm de par motor, con el que era capaz de alcanzar los 258 km/h. Lo que de verdad hacía especial a este modelo era la ubicación central y en posición transversal de este motor, lo que optimizaba el reparto de pesos. Gracias a su chasis de fibra de carbono un peso en vacío era de tan solo 895 kilogramos, lo que ofrecía un comportamiento muy ágil transmitiendo una experiencia de conducción muy dinámica a quien llevase el volante en sus manos.
En el vídeo se pueden ver detalles interesantes sobre su funcionamiento, tal como el uso de una transmisión continua, en vez de la caja de cambios que traía el Alfa Romeo 4C. Más aún, y quizás algo importante de cara al uso de motores eléctricos en coches de alto rendimiento, es la característica de la entrega de par lineal inmediato de la que gozan los motores eléctricos: es decir, la potencia se transmite siempre en función de la demanda sobre el acelerador, sin tener que depender de las revoluciones a las que esté girando el motor como ocurre con los de combustión, tanto de gasolina como diésel.
El motor de imanes permanentes (sistema IPMSM, Interior Permanent Magnet Synchronous Motor, por sus siglas en inglés) de Yamaha cuenta con numerosas, ventajas. Entre ellas la búsqueda de la máxima eficiencia para mejorar en la medida de lo posible la autonomía del vehículo eléctrico en el que se monte. De hecho, gracias a su tamaño compacto cuenta con suficiente versatilidad como para instalarse tanto en motos como en coches, pudiendo ser un motor útil en caso de que se quiera electrificar un vehículo. Puede contar tanto con refrigeración por agua como por aceite.
La flexibilidad del motor eléctrico de Yamaha permite que pueda instalarse en motos y coches.
La potencia se puede variar desde los 35 kW (47 CV) hasta los 200 kW (270 CV), adaptándose de este modo a diferentes rangos de vehículos y necesidades. De hecho, Yamaha se encargaría de la personalización del motor de manera que se adapte a lo que necesite el cliente en particular. Otro detalle interesante que ha anunciado Yamaha es el hecho de que es posible utilizar dos unidades, una en cada eje, para crear un vehículo eléctrico con tracción a las cuatro ruedas.
Como deja claro Yamaha en su comunicado, esta iniciativa de motor eléctrico compacto es parte de la estrategia de mercado 'Transforming Mobility' de Yamaha Motor. En ella, una de las divisiones más importantes es la de desarrollo de vehículos eléctricos con el objetivo de ofrecer modelos divertidos, cómodos y seguros de modo que el cliente tenga un mayor control del vehículo. Esta estrategia de medio a largo plazo fue anunciada el 11 de diciembre de 2018 junto con su visión de 2030, la llamada 'ART for Human Posibilites', que incluye también soluciones automatizadas y tecnología para mejorar la vida marina (Rethinking Solution) así como estrategias relacionadas con la agricultura y la medicina (Advancing Robotics).