La industria cuenta con dos métodos principales para la producción de hidrógeno limpio. El primero, conocido como hidrógeno verde, implica la utilización de agua para separar el oxígeno (O2) del hidrógeno (H2) y emplea energías renovables en su producción. El segundo, denominado hidrógeno de bajas emisiones, recurre a los combustibles fósiles para capturar el dióxido de carbono (CO2) generado en el proceso. Actualmente, la industria apenas emplea estos métodos. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (AIE), más del 99% del hidrógeno producido el año pasado provino de combustibles fósiles en procesos que emiten CO2.
Por lo tanto, el hidrógeno verde se presenta como una solución clave en la lucha contra el cambio climático. Si la producción de hidrógeno fuese estable, fiable, económica y, sobre todo, no contaminante, se podría extender tanto a vehículos eléctricos, utilizándolo en una pila de combustible, como de combustión, quemándolo directamente. El hidrógeno verde podría tener la clave para alcanzar estos objetivos, pero, hasta ahora, uno de los obstáculos es el elevado coste que conlleva su producción por la necesidad de utilizar iridio.
El CSIC busca la manera de prescindir del iridio
Este inconveniente parece que puede estar a punto de ser superado ya que un grupo de investigadores del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) ha logrado abrir el camino para producir hidrógeno de manera mucho más económica. Se trata de un estudio realizado en colaboración con varias entidades internacionales y que tenía por objetivo desarrollar un compuesto innovador que reduce de manera significativa la dependencia del iridio, un metal extremadamente escaso, costoso y, hasta ahora, necesario en el proceso de electrólisis del agua, lo que encarecía el resultado final.
El hidrógeno verde se produce mediante la electrólisis del agua utilizando fuentes de energía renovable. Esta condición es fundamental para lograr una transición efectiva hacia una sociedad libre de carbono, pero también supone un desafío significativo por el alto coste de los materiales, especialmente del iridio, necesario para esta tecnología que emplea en el proceso electrolizadores de membrana de intercambio de protones (PEM). En la actualidad, el precio del iridio es prohibitivamente alto, lo que dificulta la producción de hidrógeno verde a gran escala.
Lo que el CSIC ha logrado crear es un óxido metálico que utiliza aproximadamente diez veces menos iridio que los catalizadores comerciales actuales, sin comprometer su rendimiento. El resultado es una gran reducción de costes de los catalizadores. Este descubrimiento tiene el potencial de transformar de manera significativa la tecnología de electrólisis PEM, permitiendo que la producción de hidrógeno verde sea tan accesible como sostenible.
Con este avance, se logra abordar de manera efectiva la problemática asociada al alto coste de producción del hidrógeno mediante electrólisis, ofreciendo una alternativa más económica y sostenible. La investigación ha sido publicada por la revista Advanced Energy Materials, abriendo un nuevo camino para el hidrógeno verde.