En la búsqueda de dar con una alternativa a los combustibles fósiles en el transporte, no sólo podemos pensar en coches, sino que también es interesante buscar soluciones para mover barcos, aviones y trenes de la forma más eficiente y sostenible posible. Y es en el campo del tren eléctrico en el que Hitachi Rail, Angel Trains y TransPennine Express tienen una propuesta.
Concretamente, lo que han hechos las tres compañías es desarrollar y poner a prueba un 'ferrocarril' a baterías que ha sido capaz de demostrar que es posible prestar servicio sin necesidad de mecánicas diésel, que son las que se están utilizando en los últimos años.
Una opción más sostenible
Los tests los han realizando en Reino Unido, más en concreto en la parte norte de Inglaterra, donde han colocado un tren con 700 kW, en el que la batería pesa lo mismo que el sistema que se utilizaría con una motorización diésel.
Además, han logrado que el tren interurbano alcance una velocidad de 120 kilómetros/hora y que logre una autonomía en modo totalmente eléctrico de 70 kilómetros, con todas las garantías y seguridad para los pasajeros que requiere una tecnología de estas características.
Durante los trayectos que realizaron durante las jornadas de pruebas, lograron un ahorro en costes de entre el 35 y el 50%, en comparación con un tren homólogo que funciona con diésel y en las mismas condiciones de circulación y rutas.
Con este avance, se abre la puerta a otra propuesta de tren 100% eléctrico, que funcione simplemente mediante el uso de la batería durante ciertos tramos, aprovechando para recargarse en la catenarias de las estaciones.
Seguirán con las pruebas para hacerlo todavía mejor
Para trayectos más largos, o más corto plazo de lanzamiento, la opción podría ser la de trenes híbridos, con un sistema similar, y con el consiguiente ahorro de combustible durante largos períodos de las rutas.
Según los responsables de las pruebas con este tren, ya están trabajando para que la autonomía que se pueda lograr por cada recarga del paquete de baterías sea de entre 100 y 150 kilómetros, y eso abre la puerta a unas posibilidades cero emisiones mucho más amplias.