El reparto de la paquetería se multiplicado en los últimos años y como consecuencia de ello, han aparecido nuevas alternativas que podrían revolucionar el sector en el futuro. Entre ellas, hay una que ha causado especial revuelo, ya que se trata de una especie de Hyperloop para paquetes, el cual aprovecha el alcantarillado presente en las ciudades para distribuir mercancía en una superficie que puede abarcar varios kilómetros cuadrados.
En estos momentos, hay un prototipo funcionando en Peachtree Corners, una ciudad estadounidense del estado de Georgia en la que los paquetes ya "vuelan" a 60 kilómetros por hora a lo largo un tubo de 1600 metros.
El experimento revolucionario que permite entregar paquetes de forma mucho más eficiente
El proyecto que se ha llevado a cabo en esta ciudad permite hacer mucho más eficiente la entrega de paquetes. Los productos se sitúan en cestas que, al mismo tiempo, se incluyen en una especie de carritos. Mediante la disposición de una serie de carriles, estos alcanzan su destino pasados unos minutos. Para ello, se ha aprovechado la red de alcantarillado que hay en la ciudad, un método que ha servido para hacer mucho más sencilla la compra de productos por Internet.
Las empresas Pipedream y Curiosity Labs han colaborado durante los últimos meses para el desarrollo de la canalización e inclusión de robots basados en inteligencia artificial. Gracias a estos sistemas, se ha podido crear un conjunto de contenedores que cuentan con volumen suficiente como para transportar hasta el 95% de los productos que generalmente se compran vía online. De hecho, la red de túneles y el propio medio de transporte están diseñados para la llevanza de productos con hasta 40 kilogramos de peso.
El carrito que circula a través de la canalización subterránea de la ciudad puede alcanzar una velocidad máxima de 65 km/h en algunos tramos, lo cual garantiza entregas en tiempo récord. La disposición de una serie de frenos permite que estos envíos puedan verse sometidos a giros de hasta 90 grados. Se trata de una propuesta que ha sido testada en múltiples ocasiones con el objetivo de evitar posibles accidentes en mitad del recorrido.
En total, la red de túneles cuenta con una distancia de 1,6 kilómetros, pero no se descarta que a lo largo de los próximos meses pueda haber operativos nuevos tramos. A la hora de recibir los paquetes, bastará con acudir al centro de entrega más próximo al trabajo o domicilio. Gracias a esta medida, se consigue reducir notoriamente el número de desplazamientos en las grandes ciudades y, por supuesto, la contaminación que se asocia a los mismos.
Pipedream ha creado este servicio para ofrecer la posibilidad de entregar, además de paquetería convencional, comida. Por este motivo, la red de túneles cuenta con distintos controles de temperatura para evitar cualquier posible deterioro de la misma.