En un mundo donde todo tiende a parecerse, donde las marcas tratan de copiar tecnologías, diseños y mecánicas, alegra ver como alguien pretende romper con la norma. La Ford Pro Electric Supervan es la última y más salvaje creación de la división Ford Performance. Una furgoneta eléctrica convertida en un artilugio de competición con una potencia desmedida. ¿Su propósito? Ninguno, solo hacer disfrutar a los asistentes al Festival of Speed de Goodwood.
Con el paso de los años la colina de Lord March ha ganado tanto protagonismo que muchas marcas acuden a la cita con lanzamientos especiales o preparaciones únicas. Como ya te contamos, la historia de las Supervan de Ford arranca en el año 1971 con la primera Transit radical con motor V8 del Ford GT de LeMans. En 1984 y 1994 se repitió la fórmula de combinar un vehículo industrial con un motor y un diseño exagerados. Desde entonces no habíamos vuelto a ver una, hasta ahora.
La tecnología eléctrica permite que la Ford Pro Electric Supervan supere a todas las anteriores por exageración y potencia. Partiendo de la base de una Ford e-Transit, cuesta reconocer cualquier rastro de ella. El resultado final es un vehículo de reparto que no solo busca ofrecer la más alta potencia en la pista, también una efectividad aerodinámica que no habíamos visto antes en una Supervan. Las modificaciones llegan a todos los paneles y rincones. Pegada al asfalto cuál Fórmula 1, se mire por donde se mire es espectacular.
Ford no ha reparado en gastos. Los americanos quieren demostrar, como ya lo hiciesen con el Ford Mustang Mach-e 1400, que la movilidad eléctrica también permite tener coches exagerados y locos. Bajo la carrocería de esta e-Transit tan bestial encontramos cuatro motores eléctricos capaces de rendir una potencia de 2.000 caballos y 1.800 Nm de par motor, generando así más potencia que la suma de las tres Supervan anteriores. Una batería de alto rendimiento de 50 kWh de capacidad refrigerada por líquido es la encargada de alimentar todo el sistema.
Aunque la autonomía no será la mejor de sus cifras, sí que ofrece otras que no están nada mal. De 0 a 100 km/h en menos de dos segundos, y velocidad punta de 320 kilómetros por hora. Pudiendo ser considerado como un superdeportivo, el trabajo de transformación ha corrido a cargo de la empresa Ford Performance y STARD, una compañía austriaca especializada en la preparación de vehículos eléctricos de competición.
En un rápido vistazo al interior se descubre que los cambios también llegan al habitáculo. Un baquet de competición ancla al conductor. A su lado dos pantallas de información, un volante de carreras y un freno de mano hidráulico. Nada más. Cinco modos de conducción permiten mantener controlada o liberar a esta bestia: Road, Track, Drag, Drift y Rally. Ninguno de ellos suena aburrido, y seguro que nadie que la vea subir la colina de Goodwood seguro que se aburre. Durante los próximos meses la Ford Pro Electric Supervan recorrerá el mundo demostrando las infinitas posibilidades de la e-Transit y de la tecnología eléctrica.