El despliegue del grupo Stellantis en general, y de Peugeot en particular, para con el vehículo eléctrico se cuenta entre los mayores de la industria. Su gama de eléctricos abarca tanto modelos destinados al uso personal como al profesional; todos los modelos de Peugeot, excepto el 5008, tienen ya versiones con enchufe (sean híbridas enchufables o eléctricas). La Peugeot e-Rifter es quizá una de las que mejor encarna ambos mundos: derivada de una furgoneta concebida para el trabajo, es un turismo por méritos propios y hemos podido probarla en una jornada atípica recorriendo el corazón de Madrid.
Para conocer las bondades y usos prácticos de su gama de furgonetas eléctricas, Peugeot preparó una jornada en la que circulamos por el centro de la capital con el objetivo de cumplir dos tareas enfocadas en el reparto de mercancías. La idea era, por un lado, ponerse por un día en la piel del repartidor o del autónomo que va de un lado a otro en su furgoneta. Después, conduciríamos también una furgoneta de pasajeros que, ya os lo adelanto, no tiene nada que envidiar a un turismo convencional.
Lógicamente, con una Peugeot e-Rifter, una e-Partner o una e-Expert no tienes que preocuparte de si puedes acceder a esta zona o a la otra. Su condición de vehículo eléctrico les otorga la etiqueta Cero de la DGT y tienen acceso a todas las zonas de bajas emisiones sin excepción. Recordemos que a partir del 1 de enero de 2023, todos los municipios españoles de más de 50.000 habitantes tendrán que establecer una Zona de Bajas Emisiones en su núcleo urbano.
Tampoco debería ser motivo de preocupación la carga que podemos acarrear. El volumen de carga de una e-Partner eléctrica es el mismo que en las versiones diésel: 4,4 metros cúbicos. El peso que podemos cargar sí disminuye, ligeramente, a 800 kg, debido al peso extra que añade la batería en el vehículo. No obstante, sigue siendo más que suficiente para el tipo de trabajos al que está enfocada esta furgoneta -principalmente en uso urbano y periurbano-.
Centrándonos en la Peugeot e-Rifter de pasajeros, tenemos una furgoneta que tiene poco que envidiar a un turismo medio, especialmente en el acabado tope de gama que pudimos probar (llamado GT). Los acabados del habitáculo son más típicos de una furgoneta moderna, con mayor presencia de plásticos duros; pero el equipamiento y, sobre todo, los recursos prácticos del interior lo compensan con creces.
Hay huecos para dejar objetos en la parte superior del techo (por delante de la cabeza del conductor y el pasajero), un enorme hueco en la consola central, en las puertas delanteras y otra especie de guantera en la parte trasera del techo. A eso hay que sumar, obviamente, un enorme maletero de 597 litros en la e-Rifter corta y de 850 litros en la versión larga (contando hasta la bandeja). Con los asientos abatidos, se pueden alcanzar hasta 4.000 litros de capacidad en la versión de carrocería larga.
Además, nuestra unidad equipaba el techo Zenith, que combina el techo panorámico de cristal con una pieza que ocupa todo el largo del techo y tiene otros 186 litros de hueco adicional. Además, como esta pieza es traslúcida, permite que pase la luz del techo panorámico y deja a la vista los posibles objetos que hayamos depositado, evitando que se nos olviden ahí. Por si fuese poco, podemos elegir configuración de 5 o 7 asientos y puede remolcar 750 kilos. Todo ello hace de la e-Rifter un vehículo difícil de igualar, por no decir imposible, en términos de practicidad.
Tampoco tiene nada que envidiarle a un turismo convencional en cuanto a equipamiento, y especialmente en el acabado GT. Este trae de serie sensores de aparcamiento delanteros y traseros con cámara trasera, alerta de cambio involuntario de carril, asistente de frenada autónoma de emergencia con detección de peatones, sistema multimedia con pantalla táctil de 8 pulgadas, cuadro de instrumentos digital con pantalla de 10 pulgadas, cargador inalámbrico para teléfono móvil, climatizador automático bizona, espejos retrovisores eléctricos y calefactables con plegado eléctrico, acceso al vehículo y arranque manos libres, tres asientos individuales en la segunda fila, elevalunas traseros eléctricos, ventana trasera practicable y llantas de 17 pulgadas, entre otros.
A pesar de su generoso tamaño, con 1,86 metros de ancho y hasta 4,75 metros de largo en la versión de carrocería larga, la e-Rifter es cómoda de llevar. Ofrece buena visibilidad, tanto hacia delante como en los espejos retrovisores, aunque se agradece tener la cámara trasera. Tiene una suspensión cómoda y una dirección bastante suave, y la potencia se puede regular en tres niveles: Eco, Normal y Power.
El motor eléctrico va colocado en el eje delantero y entrega 136 CV de potencia y 260 Nm de par. Es el mismo motor que emplean otras furgonetas eléctricas del grupo Stellantis, además de turismos como el Peugeot e-208, el Peugeot e-2008 o el Opel Mokka-e. Los tres modos de conducción se eligen mediante un botón a la derecha del selector de las marchas, una pequeña palanca electrónica y acabado metálico. El modo Eco limita la potencia a 82 CV, el modo Normal a 109 CV y sólo en el modo Power se liberan los 136 CV de potencia máxima. Circulando en ciudad, a baja velocidad y de vacío, el modo Eco es suficiente para moverse. El modo Power está pensado para ofrecer buenas prestaciones en cualquier circunstancia, pero también repercute en un mayor consumo.
Y hablando del consumo, toca hablar de la autonomía, quizá el talón de Aquiles de la e-Rifter. Mientras que la e-Partner puede resultar interesante con sus 275 km de autonomía WLTP, suficientes para el trabajo diario de un repartidor (por ejemplo) en ciudad, la e-Rifter tiene otro enfoque. Un uso más lúdico, más viajero... Y ahí sus 282 kilómetros de autonomía teórica (275 km en el acabado GT debido a su equipamiento) se antojan insuficientes. Máxime teniendo en cuenta que, en condiciones reales, es muy fácil que la autonomía sea inferior a 200 kilómetros.
En cuanto a la recarga, la Peugeot e-Rifter admite carga rápida a 100 kW de potencia en corriente continua. En un cargador que lo permita, puede cargar su batería al 80% en apenas 30 minutos. Por otro lado, en corriente alterna puede cargar a 7,4 kW (monofásico) y tarda 7,5 horas en una recarga completa (0-100%). Opcionalmente se puede elegir un cargador trifásico de 11 kW, que reduce el tiempo de una recarga completa a 5 horas. La batería tiene 50 kWh de capacidad bruta en 18 módulos.
El precio de la Peugeot e-Rifter en España parte desde 37.500 euros para el acabado Active Pack. La e-Rifter Allure Pack cuesta 40.550 euros y el precio de la e-Rifter GT parte de 41.500 euros. Ninguno de los precios indicados incluye ayudas del Plan Moves III. Si tenemos en cuenta las ayudas del Plan Moves III (hasta 7.000 euros con achatarramiento de un vehículo antiguo), el precio de la Peugeot e-Rifter eléctrica arranca en 30.500 euros. Actualmente Peugeot ofrece una promoción desde 179 euros/mes (incluyendo Moves) con una cuota de 4.763,27 euros.
Por otro lado, cabe destacar que la versión comercial de la Rifter, la Peugeot e-Partner, puede tener ayudas de hasta 9.000 euros, en cuyo caso el precio parte desde 29.219 euros.