En su apuesta por la eficiencia energética y la preservación de la calidad del aire en las ciudades, Amazon encargó a Rivian la fabricación de 100.000 furgonetas eléctricas. Una flota que el gigante del comercio electrónico repartirá por todo el mundo y que precisará de grandes aparcamientos centralizados para la recarga, una operación que deberá ser integrada en la logística de reparto de la empresa. El conector automatizado de carga que Rivian ha patentado trata de reducir los tiempos y la mano de obra necesaria para realizar la recarga de manera manual.
Las furgonetas eléctricas Amazon EDV (Electric Delivery Van) serán capaces de cumplir con los largos turnos de trabajo que exige su servicio gracias a sus más de 240 kilómetros de autonomía. Una vez finalizado el trabajo, deberán acudir a un parque de recarga centralizado para recuperar su energía. Esta operación, además de tiempo, necesita mucha mano de obra manual que se encargue que de conectar cada furgoneta, supervisar la recarga para que se realice de manera correcta y desconectarlas para recargar la siguiente.
Sin embargo, si esta operación se automatiza, el proceso de recarga podría ser mucho más sencillo y eficiente, además de requerir menos mano de obra manual. Por eso Rivian ha presentado recientemente una patente en la que muestra el diseño de un conector automatizado que emplea electroimanes para atraer el enchufe que cuelga del techo hasta el puerto de recarga y un sistema basado en un tornillo eléctrico que ajusta y asegura la conexión.
"Puede ser beneficioso tener una flota de furgonetas eléctricas de reparto que se carguen durante la noche para desplegase durante el día y realizar las entregas", explica la solicitud de patente que Rivian ha titulado como "Sistema y método de conexión automatizados".
El sistema que Rivian ha imaginado emplea un cable de carga que cuelga del techo de la instalación y que permite un pequeño juego para que el conector caiga dentro de un área de 3 pulgadas (7,6 centímetros) alrededor del puerto de carga de la furgoneta. La compuerta de apertura se abre automáticamente para exponer el conector.
Tanto el puerto de carga del vehículo como el conector que cuelga del techo cuentan con cuatro electroimanes que se activan con polaridades opuestas, colocando correctamente uno sobre otro. Una vez que contactan físicamente cada uno de los contactos, los receptores cónicos situados en el puerto de carga se alinean con unos tornillos eléctricos que se insertan en unos orificios roscados. Una vez en su lugar, los tornillos se aprietan automáticamente para asegurar el enchufe de forma segura en el puerto de carga.
Una vez conectado, el sistema de carga combinada CCS permite que la furgoneta se carga con corriente alterna monofásica o trifásica o mediante corriente continua, dependiendo ya de cada hub de recarga.
Cuando se completa la carga, el sistema invierte el giro de los tornillos empujando el enchufe fuera del receptor. Los electroimanes se activan nuevamente, esta vez con la misma polaridad en lugar empujando el cable de carga lejos del vehículo, de manera que queda colgando para la próxima carga. El vehículo cierra automáticamente la trampilla del puerto de carga y es retirado por un conductor para dejar paso al siguiente turno de carga. Esta es la única operación manual del proceso, puesto que todo lo demás se realiza sin intervención humana.
La solicitud de patente concluye con esta afirmación: "Dejar en manos de humanos enchufar un vehículo eléctrico después de que ha sido estacionado es un proceso intrínsecamente poco fiable", señala la solicitud de patente de Rivian. "Para las operaciones comerciales, un vehículo descargado puede equivaler a una pérdida de ingresos".