El desarrollador de vehículos eléctricos de tipo comercial Arrival ha presentado un autobús eléctrico conceptual cuya principal característica es su modularidad interior. El vehículo, del que no se han ofrecido detalles técnicos, permitirá a los operadores de transporte configurar sus asientos para que se adapte a las necesidades de cada una de las rutas. Esto supone una importante simplificación de la gestión de la flota y un también un gran ahorro económico en cuanto a mantenimiento. Al basar la flota en un único modelo los tiempos de inactividad se reducen considerablemente.
Arrival es una startup ubicada en Reino Unido que ha logrado hacerse un hueco en este sector gracias a las inversiones de grandes empresas como Hyundai-Kia o UPS. Es conocida sobre todo por su tecnología y por la fabricación de componentes y vehículos eléctricos para terceros. Durante los últimos años ha estado trabajando en el diseño de un nuevo concepto de autobús eléctrico del que por ahora no se conocen muchos datos más allá de las imágenes publicadas.
De ellas se puede deducir que el autobús debe rondar los 12 metros de longitud, aunque este punto no ha sido confirmado oficialmente por el fabricante. Tampoco proporciona información sobre el número de pasajeros que puede transportar aunque precisamente esta puede ser la esencia de su diseño. El interior del autobús presenta una gran capacidad para variar su composición gracias a la modularidad. Las partes que lo conforman, pueden ser un suelo con barras altas de soporte para viajar de pie, un conjunto de asientos dobles, un asiento corrido para tres personas o incluso una zona de amarre para una silla de ruedas. Las distancias entre los asientos son configurables de manera que el propio operador del autobús puede variarlas según el recorrido que este vaya a realizar o las normativas vigentes.
Módulo interior del autobús eléctrico de Arrival.
Actualmente, con las restricciones que exige la distancia social por la pandemia de Covid-19, la compañía afirma que el autobús está equipado para que el usuario tenga una "percepción positiva del transporte público", ya que el interior crea "una sensación de espacio, limpieza y bienestar en un mundo con una mayor conciencia de higiene y espacio personal".
Por ahora se desconoce la potencia de su motor o motores eléctricos, la capacidad de la batería que los alimenta y la autonomía o los tiempos de trabajo que puede ofrecer. El proyecto se centra en la funcionalidad y la elasticidad para ofrecer a los gestores del transporte público un único modelo de autobús que puedan configurar para rutas con diferentes exigencias: más viajeros de pie y por lo tanto más volumen de pasajeros transportados en las ciudades, o todos los pasajeros sentados en el caso de viajes entre poblaciones. A la hora de la gestión de la flota, contando con los tiempos de mantenimiento y averías, es mucho más sencillo saber que todas las unidades pueden operar en todas sus líneas, algo que también repercute significativamente en los costes de mantenimiento anuales.
Arrival ha trabajado activamente en que su segunda generación de vehículos eléctricos alcance una mayor eficiencia y un menor coste, partiendo desde el diseño flexible, desarrollando un procedimiento de ensamblaje en microfábricas, con poca producción, muy versátiles y con una menor huella ecológica. Acercar la producción al cliente permite adaptar los vehículos a las especificaciones de las normativas y las homologaciones y a las cadenas de suministro locales. Estarían adaptadas para la producción de otro tipo de vehículos, de manera que nunca se queden obsoletas: en un periodo pueden producir autobuses eléctricos y, en otro, furgonetas eléctricas para servicios de entrega. Para 2026, la compañía británica se ha puesto el objetivo de establecer 1.000 de estas microfábricas en todo el mundo.
Modularidad interior del autobús eléctrico de Arrival.
Según Ben Jardine, Director de Arrival poder trabajar directamente con las empresas para desarrollar todo el ecosistema que se crea alrededor de estos vehículos, "nos permite apoyar sus objetivos de hacer que el transporte público sea atractivo al tiempo que se logra la neutralidad de carbono".
Por ahora, Arrival no ha puesto fecha de llegada para este nuevo autobús eléctrico. Actualmente cuenta con una planta central situada en Bicester, una localidad británica al nordeste de Oxford, que se puso en marcha en marzo de este año. Allí está fabricando las 10.000 furgonetas eléctricas acordadas tras la inversión de UPS en el fabricante de vehículos eléctricos. Además, a principios de este año, el grupo coreano Hyundai-Kia invirtió 100 millones de euros para acelerar la comercialización de vehículos eléctricos de manera global.