Un día antes de su presentación en Tokio, una imagen filtrada de la revista Japan Car Top muestra un Mazda MX-30 Concept que podría reflejar el aspecto y el nombre final del primer modelo 100% eléctrico del fabricante japonés. Si bien la revista etiqueta el coche como un "concept", se trata de un modelo muy diferente a las mulas de pruebas que el fabricante había mostrado hasta ahora, implementadas bajo la carrocería de un CX-30.
Mazda confirmó en septiembre la presentación del primero de sus modelos 100% eléctricos en el Salón de Tokio que arranca mañana día 23 de octubre. Hasta ahora, Mazda no había añadido más información sobre su diseño, aunque si había permitido a algunos medios probar el prototipo eléctrico en Noruega que montaba el sistema eléctrico del nuevo modelo, pero bajo la carrocería de un Mazda CX-30. Tal y como había confirmado la marca, este no se corresponde con el diseño definitivo, que es "totalmente nuevo", y que permanecía en secreto hasta su cita con los medios en el Salón de Tokio el próximo 23 de octubre a las 11:20.
Prototipo del Mazda CX-30 eléctrico.
La imagen filtrada por la revista japonesa, actualmente off-line y conservadas por la web El Carro Colombiano, muestra el que podría ser el diseño prácticamente definitivo, cuyo nombre sería MX-30 y que se situaría, en cuanto a tamaño, entre un CX-3 y un CX-5. El nuevo modelo, de aspecto SUV, es diferente, mostrando un aspecto más anguloso, con un frontal muy largo y elevado, unos pasos de rueda muy grandes y una parrilla delantera vertical y más pequeña de lo habitual, ya que, como todos los coches eléctricos, no necesita refrigerarse a través de ella.
Destaca sobre todo las puertas traseras tipo "suicida" similares a las que monta el Mazda RX-8 o el BMW i3, que contrasta con las de la mula de pruebas que contaba con cuatro puertas completas con la apertura habitual, lo que hace pensar que es posible que la longitud del MX-30 sea inferior a la del CX-30. Este diseño, poco habitual, podría también responder a razones de espacio para situar las baterías o para implementar el sistema de carga que obligaría a una configuración, que, en principio, solo se utiliza cuando las puertas son tan pequeñas que es necesario eliminar el pilar B para facilitar el acceso al interior.
Previamente al lanzamiento, Mazda ha lanzado un vídeo de presentación y algunas imágenes promocionales. En ellas se muestra el cable de carga con un conector tipo 2 que sugiere que, al menos en Europa, será compatible con el sistema de carga CCS-Combo2 para la recarga en corriente alterna y en corriente continua. También hay una foto de la consola central que parece incluir una palanca de selección de marchas tradicional, en lugar de usar una palanca en el volante o botones de selección, como en el caso de algunos de los últimos modelos presentados por otras marcas.
Respecto a sus características técnicas, ya se sabe que estará dotado de un único motor eléctrico de 103 kW (138 CV) que enviará un par motor a las ruedas delanteras de 265 Nm y que será alimentado por una batería de 35,5 kWh de capacidad. Un cargador a bordo de 6,6 kW será el que se encargue de proporcionar la recarga vinculada o de oportunidad a baja potencia, mientras que el sistema de recarga rápida alcanzará una potencia máxima de 50 kW bajo el estándar CCS. Con estas especificaciones no es de esperar que el primer Mazda eléctrico vaya más allá de los 250 kilómetros de autonomía WLTP con cada carga, lo que lo sitúa un paso por detrás de la competencia, que ya sobrepasa en muchas ocasiones los 400 kilómetros y lo acercan más a las de modelos más pequeños que se sitúan en el segmento B como el Honda e o el Mini Cooper SE.
Consola central del Mazda MX-30.
A partir de mañana, Mazda pasará a formar parte de los fabricantes que cuentan con un modelo completamente eléctrico en su gama. Además se sitúa en ese segmento de los SUV pequeños que tanto éxito tiene actualmente en el mercado, sobre todo en el europeo. Su éxito dependerá de su precio, de si se confirma realmente la capacidad de la batería y de la posibilidad de incorporar un extensor de autonomía. Este sería un motor rotativo de gasolina (el nuevo Skyactiv-R) que solo generará electricidad para cargar la batería y no irá acoplado a las ruedas. Gracias a la posibilidad de montarlo en horizontal, a su ligereza y a que es compacto y silencioso, puede integrarse fácilmente en la plataforma del coche sin quitarle espacio al resto de componentes, al habitáculo o al maletero.
Esta estrategia no quiere decir que Mazda renuncie a los motores de combustión. Su tecnología SkyActiv-X de mezcla pobre y alto rendimiento, combina el elevado régimen de los motores de gasolina con la eficiencia y el consumo de un diésel, lo que le asegura un mejor rendimiento y unas emisiones de menos de 100 gramos de CO2 por km. Mazda asegura además que un motor diésel acoplado a uno eléctrico es el apropiado para un SUV y para grandes sedanes.