Según Akira Marumoto, CEO de Mazda, el fabricante japonés ofrecerá en su catálogo un vehículo completamente eléctrico en 2020. A esta intención parece responder el prototipo de pruebas que ha sido avistado en Noruega, cuyo aspecto exterior es muy parecido al de un Mazda CX-30 en el que no se observa ninguna salida de escape. Además parece incorporar una solución provisional para la toma de carga que se sitúa en la aleta trasera derecha, el lado contrario en el que está la tapa de llenado del depósito de combustible del CX-30.
La estrategia de Mazda para la electrificación de su flota ha variado con el paso del tiempo, ya que el fabricante japonés ha preferido permanecer a la expectativa sobre la evolución del mercado. Los enormes presupuestos que se necesita para invertir en I+D solo son accesibles a los grandes fabricantes o precisa de asociaciones de varios de ellos. Por eso, en 2017, Mazda y Toyota ampliaban su acuerdo de 2015 para avanzar en tecnologías híbridas enchufables y pila de hidrógeno, al desarrollo conjunto de coches eléctricos a través del cual ofrecería sus primeros modelos en 2019.
Sin embargo, dos años después esta colaboración no ha dado como resultado ningún modelo real y, al parecer, según ha declarado Marumoto, el primer modelo, que se presentará Mazda en 2020, tampoco es fruto de ella.
Las imágenes enviadas por un lector de Electrek podrían dar una primera pista sobre el primer coche eléctrico de Mazda que se asemeja estéticamente a un CX-30. El prototipo de pruebas ha sido capturado en Noruega. Sin insignias en su carrocería, pero con un camuflaje muy somero, basado en una pintura gris mate que oculta sus detalles, Jonathan Rodríguez afirma que el vehículo "sonaba" como un eléctrico. En las fotografías no se observa ninguna salida de escape en la parte trasera y sí lo que parece una toma de carga provisional en la aleta trasera izquierda.
El tamaño de este primer prototipo eléctrico se correspondería con los planes de la marca que, según informaciones internas, se situaría entre un CX-5 y un CX-3. En el caso del modelo eléctrico, la tendencia del mercado hacia los SUV podrían haberle hecho descantarse por este formato, basándose en un CX-30, que mide 4.400 mm de longitud, 1.800 mm de ancho y 1.530 mm se altura y que precisamente, se sitúa entre los dos modelos citados anteriormente.
Su competencia en el mercado actual serían el Hyundai Kona y el Kia Niro, los dos SUV eléctricos coreanos, algo más pequeños en longitud 4.180 mm y 4.375 mm de largo respectivamente, todos ellos englobados en el segmento C.
A este primer eléctrico le seguirán, en 2021 o 2022, varios modelos híbridos enchufables, que podrían funcionar como eléctricos de autonomía extendida, acogiendo el motor rotativo como extensor de rango, pero no hay fechas planificadas: "La gran cantidad de cosas que tenemos que hacer, nos ha obligado a ponerlo en un segundo plano", ha asegurado Akira Marumoto. Mazda se ha centrado en los motores de gasolina con tecnología SkyActiv-X de mezcla pobre y alto rendimiento que combinan el elevado régimen de los motores de gasolina con la eficiencia y el consumo de un diésel. Marumoto asegura además que un motor diésel acoplado a uno eléctrico es el apropiado para un SUV y para grandes sedanes.