Desde Mercedes-AMG ya nos pusieron en aviso hace apenas unos días. El día 1 de septiembre se presentaría su primer modelo con tecnología híbrida enchufable. Una variante de lo más eficiente del que pensábamos conocer todos, o la mayoría, de sus detalles y características, algo de lo que estábamos profundamente equivocados. Han sido muchos los retrasos sufridos por este modelo hasta que por fin ha podido ver la luz verde, pero estos retrasos pueden estar del todo justificados, pues el modelo deportivo es capaz de cautivarnos, además de por su estética que ya bien conocemos, por sus prestaciones de auténtico infarto.
En primer lugar, finalmente se ha descartado el uso del nombre Mercedes-AMG 73 e, como en un principio se especuló, y finalmente acabará llamándose Mercedes-AMG 63 S E Performance. Esta bestia del asfalto se ha presentado hoy mismo al público de forma digital, pero será en apenas unos días, durante la celebración del Salón del Automóvil de Múnich, cuando podamos ver el modelo en primera persona. Una vez más, este modelo se ha puesto a punto bajo la exigente batuta de los ingenieros de AMG, llevando su potencia hasta un nivel más allá de lo que esperábamos en un inicio, convirtiéndose así en el modelo de producción más potente hasta la fecha, con permiso del todopoderoso Mercedes-AMG One.
La estética del Mercedes-AMG GT 63 S E Performance se conserva casi inalterada.
Como ya comentamos hace unos días, el pasado mes de abril, desde la propia marca anunciaron cuáles serían algunos de sus datos. En un principio contábamos con una potencia de 816 CV, pero desde Mercedes-AMG han sabido apretar un poco más las tuercas de esta berlina deportiva, elevando esta cifra hasta unos estratosféricos 843 CV. Una cifra que, por el momento, ni entran dentro de los márgenes de muchos superdeportivos actuales. De hecho, a día de hoy, no existe ningún rival que se sitúe a la altura de este, pues lo más parecido sería el Porsche Panamera Turbo S E-Hybrid, pero que se sitúa varios escalones por debajo en cuanto a potencia.
Estéticamente, las diferencias son prácticamente mínimas con lo que ya conocíamos. En el frontal se han aplicado unas entradas de aire más generosas, aportando un mayor carácter al modelo, unos nuevos juegos de llantas específicas para esta versión de 20 y 21 pulgadas, mientras que en la trasera, además de la propia nomenclatura del modelo, encontraremos en el parachoques la toma de carga eléctrica, un lugar algo cuestionable por su posición propensa a golpes. Finalmente, aquí también tenemos los clásicos cuatro escapes de los modelos firmados por AMG, así como un difusor en fibra de carbono (imaginamos que esto será un opcional poco asequible).
Como podemos ver, los cambios son mínimos en cuanto a lo estético. En el interior encontramos un ambiente prácticamente calcado al modelo que ya conocemos, incorporando como novedad el volante de radios dobles que ya estrenó el Mercedes Clase E y el Clase S, pero adoptando aquí una estética más deportiva con los selectores de los modos de conducción en la zona inferior. El resto de este espacio se mantiene inalterado, encontrando únicamente actualizaciones en el sistema de info-entretenimiento y cuadro de instrumentos, para adaptarse al nuevo tren motriz del coche.
En la trasera destaca la toma de carga eléctrica.
El Mercedes-AMG 63 S E Performance, incorpora nuevos modos de conducción a los que ya conocíamos, quedándonos así con un total de 7 diferentes: “Electric” “Comfort”, “Sport”, “Sport+”, “Race”, “Slippery” e “Individual”. Este último mencionado es el que goza de las capacidades de personalización completa por parte del conductor, siendo capaz de entregar las mayores de las prestaciones o convertirse en un vehículo completamente eléctrico y cauteloso.
La autonomía eléctrica para este será de 12 kilómetros gracias a su batería de 6,1 kWh de capacidad. No es una cifra que pueda sorprendernos, pues la mayoría de híbridos enchufables se centran en proporcionar un recorrido eléctrico mucho mayor. Esto es porque en el Mercedes-AMG 63 S E Performance se ha optado por dotar al modelo de una mejora prestacional. La velocidad máxima a la que podrá rodar en modo eléctrico será de hasta 130 km/h, y cuenta con un sistema de frenada regenerativa con hasta 4 niveles de funcionamiento.
Hemos dejado lo principal para el final, y es que todo el protagonismo de este coche se lo lleva su mecánica. Volvemos a encontrarnos con el motor V8 biturbo con 4 litros de cubicaje que es capaz de erogar por sí sólo, un total de 640 CV entre las 5.500 y las 6.500 rpm. A este hay que sumarle un tren eléctrico ubicado en el eje trasero que desarrollará 204 CV y cuenta con una caja de cambios propia de 2 velocidades. El resultado a toda esta ecuación son 843 CV y 1.400 Nm de par máximo, gracias a estos datos, destrozará el cronómetro en el 0 a 100 km/h en apenas 2,9 segundos y alcanzará una velocidad máxima de 316 km/h.
El interior se encuentra prácticamente inalterado.
Como he dicho, este será presentado al público durante la celebración del próximo Salón del Automóvil de Múnich, y su comercialización se llevará a cabo durante la primera mitad del próximo 2.022 a un precio aún por determinar, pero del que podemos anticipar que no será accesible para todo tipo de bolsillos.