Micro Mobility, el fabricante suizo del microcoche eléctrico Microlino, ha anunciado novedades en cuanto a la producción de su producto estrella. Con el fin de maximizar la capacidad de producción del Microlino, del que ya ostentan más de 8.000 reservas por valor de 100 millones de euros, los creadores del vehículo se han asociado con la empresa alemana Artega, que también ha adquirido los derechos de producción y propiedad intelectual de todos los vehículos de la marca Tazzari ZERO.
Inicialmente, el Microlino debía ser producido por Tazzari, el fabricante de microcoches italiano que está detrás de todo el proyecto. En cambio, la entrada de una empresa tan potente como Artega, que es un contrastado proveedor de partes de la industria automotriz y está listada en la bolsa de Frankfurt, lleva la producción del Microlino a un nuevo escenario. Tazzari, por su parte, continuará apoyando la puesta en marcha de la producción y hará las funciones de distribuidor en Italia.
Como resultado de este acuerdo, la fabricación del Microlino se trasladará desde Imola hasta Delbrück en las próximas semanas. La marca esperó a que todos los cabos del acuerdo estuviesen bien atados para realizar el anuncio, por lo que el inicio de la fase de producción en serie está mucho más cerca de lo que cabe esperar: a partir de enero de 2019 se empezarán a ensamblar las primeras unidades del Microlino en Alemania.
De izquierda a derecha: Marco Battilani (Tazzari), Erik Tazzari (Tazzari), Klaus Frers (Artega), Wim, Oliver and Merlin Ouboter (Microlino AG & Micro Mobility Systems.
Las instalaciones de Artega, situadas en la localidad de Delbrück-Hagen, cuentan con 3.000 metros cuadrados de superficie útil y ya llevan varios meses adaptándose para la llegada de este nuevo microcoche urbano y eléctrico. La producción del Microlino se iniciará tan pronto como el próximo mes y tiene como objetivo ensamblar 8.000 ejemplares del vehículo eléctrico por año.